El verano es largo y queda apenas una semana para que en el Real Sporting arranque la pretemporada de la campaña 2023/2024. El lunes que viene comenzarán unos reconocimientos médicos en los que se espera a Víctor Campuzano. El delantero catalán tiene contrato con el club gijonés hasta 2025 y una ficha que, tras las salidas y reajustes salariales de las últimas semanas, se ha convertido en una de las más elevadas. Nada inasumible, ya que el Sporting goza de margen salarial suficiente para este mercado, aunque si lograse su salida, dispondría de más para reforzar la delantera.
El problema llega con sus lesiones. En las dos campañas y media que lleva en Gijón ha sufrido un total de siete (seis de ellas musculares) lesiones que le han privado de tener más minutos y continuidad. Esa circunstancia médica y su salario, desde la dirección deportiva sportinguista se busca, un año más, su salida. Pero el propio Campuzano no quiere ni oír hablar de su marcha. El jugador es consciente de que su rendimiento ha estado muy alejado por las lesiones de lo esperado por todas las partes. La temporada pasada disputó 848 minutos repartidos en 22 partidos, anotando 2 goles.
Lo cierto es que Campuzano no es un jugador que desagrade a Miguel Ángel Ramírez. De hecho, bajo las órdenes del canario, el catalán ha gozado de varias titularidades y oportunidades. Además es un jugador querido en el vestuario y que goza de un cierto respeto en la afición por el sacrificio y compromiso que muestra en el campo y fuera de él con el club. No obstante, un verano más, a Campuzano le tocará trabajar el doble para cambiar la situación y evitar verse abocado a salir si quiere jugar.