Carlo Ancelotti se enfrenta a un desafío mayúsculo en el Real Madrid: conseguir que Vinícius y Mbappé funcionen juntos en el campo. Si bien son estrellas de primer nivel, la coexistencia futbolística entre ambos jugadores no ha alcanzado la fluidez deseada. Carlo Ancelotti está buscando soluciones para mejorar el juego colectivo a la vez que anula el riesgo a perder equilibrio o a renunciar al compromiso defensivo.
El técnico italiano ha estado probando con diferentes sistemas, pero la fórmula entre Vinicius y Mbappé no termina de dar sus frutos. La ausencia de asociación natural entre los dos, la exigencia de protagonismo para los dos en ciertos momentos, ha hecho que el equipo aparezca partido en demasiados momentos de la temporada. El equilibrio entre ataque y defensa se rompe cuando ambos coinciden en el campo.
La falta de sacrificio defensivo es una de las principales carencias. Vinicius y Mbappé son muy peligrosos cuando tienen espacio, pero su repliegue no es elevado. La desconexión en defensa requiere un esfuerzo adicional en el resto del equipo que descompensa la estructura del equipo y perjudica la presión alta que Ancelotti quiere establecer.
Un ataque sin armonía
Cuando ambos juegan juntos, la fluidez ofensiva del Real Madrid se deshace. Vinicius y Mbappé cada uno quiere brillar, surgen a veces fragmentaciones del juego que provocan un juego deshilachado. He ahí que en los partidos donde la solidez y el juego colectivo son claves, el equipo se queda sin recursos y apela a la individual y calidad para sacar los partidos adelante.
Ancelotti requiere que ambos se entiendan mejor y se repartan la sobrecarga de forma que no se menoscabe la efectividad en el juego. Mbappé ha demostrado sentirse a gusto con aquellos jugadores que trabajan sin balón, por ejemplo, Brahim o Rodrygo.
Vinicius y su compromiso defensivo
El talento ofensivo de Vinicius se encuentra fuera de toda duda, pero el tema de su actitud en defensa se encuentra en la lista de tareas que tiene pendiente. En el caso de Mbappé es cierto que, en algunas ocasiones, ha evidenciado cierta disciplina táctica, mientras que el brasileño tiende, en muchas ocasiones, por quedarse desconectado en esos minutos en que el equipo no tiene la pelota. Y esto se traduce en más desajustes que los rivales de gran nivel aprovechan sin dificultad.
Ancelotti es consciente de que, para que el Madrid se convierta en un equipo más cohesionado desde la defensa hasta la delantera, necesita que el brasileño sea capaz de asumir un mecanismo o un número de responsabilidades sin balón que le hagan ser un jugador más solidario y comprometido con el hecho de defender. El equipo, sin Vinicius en Villarreal, adquirió un carácter más solidario y mejor ordenado. La clave radica, por tanto, en que el regreso de Vinicius al once inicial pueda generar conformación del conjunto.
El desafío de Ancelotti
El desafío al que se enfrenta Ancelotti no es del todo complicado, dado que se trata simplemente de hallar la fórmula para que tanto Mbappé como Vinicius no solo hagan brillar sus individuales, sino que lleguen a elevar el nivel del juego colectivo del Real Madrid.
Si Ancelotti logra hacer que Vinicius y Mbbappé se complementen pero sin romper el equilibrio del equipo, que se impliquen en el trabajo colectivo, y miren más en conjunto, el Real Madrid estará en disposición de luchar por todo. De lo contrario, el problema será un hecho tangible de la misma manera que será un hecho tangible la necesidad del técnico de tomar decisiones complejas en la recta final de la temporada si no quiere perder las opciones de lograr los objetivos.