El Real Madrid se lleva una agónica victoria ante el Athletic Club en el descuento con un golazo de imposible de Valverde. Los de Ancelotti se llevan una victoria merecida, empujado más por corazón que por fútbol, pero que en la segunda parte lo dio todo para seguir vivo en el campeonato de Liga. Vinicius fue el que no hemos visto en todo el año, y el uruguayo anotó una barbaridad de gol para dejar con vida a los blancos.
Un Real Madrid a dar la cara
El Real Madrid concluía una semana muy dura para un equipo cuyo objetivo no es otro que conquistar la Champions League, y no hacerlo, es sinónimo de decepción, de fracaso. Pero además, la eliminación venía acompañado de una imagen muy mala del equipo, la misma que ha habido durante todo el año, pero que se hace más evidente en partidos tan importantes, tan trascendente. El Arsenal fue un rodillo contra el Real Madrid, en la ida y, de otra forma, en la vuelta. No solo no se puedo remontar en Bernabéu, sino que se perdió también ese partido. La papeleta en el Santiago Bernabéu no era fácil. El estadio no falló, como siempre, lleno absoluto, y quedaba por ver cuál sería la sentencia del respetable. La afición estaba tensa, pero expectante, sabiendo que ya habrá tiempo para sentenciar a quien hay que sentenciar y perdonar a quien haya que perdonar. El Real Madrid todavía se juega la Liga, y había que estar con el equipo.
Con un planteamiento diferente, volviendo al 4-4-2 de la temporada pasada, con Mbappé viendo el partido desde la grada, el Real Madrid volvió a mostrar lo mismo que mostró el miércoles, mucho corazón, pero poco fútbol.
Vinicius se echa al equipo a la espalda
El Real Madrid en la primera mitad presionó, peleo, pero solo Vinicius parecía especialmente motivado. Lo intentó de todas las maneras, todo el peligro llegó, por fin, por la banda izquierda, pero el fútbol de los de Ancelotti solo dependía de las acciones individuales. El Real Madrid dominaba el balón, la posesión, ante un Athletic que achacaba el duro partido del jueves en la Europa League.
Vinicius tuvo varias, creo las jugadas de peligro, muy enchufado, buscando el perdón de una afición que le ha señalado como uno de los responsables. Provocó varios saques de esquina, pero solo hubo un tiro entre palos, de Valverde, y sin apenas peligro.
El Real Madrid fue un calco del partido ante el Arsenal, pero contra un rival que daba más facilidades que los ingleses. Pero ni con esas los blancos lograron un tanto en la primera mitad, ni cerca estuvieron, pese al dominio, pese al corazón. Hace falta algo más.
Con todo para no perder LaLiga
En la segunda parte el Real Madrid mejoró, dio un paso al frente en busca de una victoria que le permitía seguir en la lucha por el campeonato liguero. La salida de Endrick le dio sentido al juego blanco. Con un Athletic que seguía metido atrás, esperando su momento, la salida del brasileño provocó que la zaga tenía que estar pendiente de un hombre más, de un nuevo que en cualquier momento te la puede cazar. Eso liberó a Bellingham, que tenía más libertad de movimiento, y que protagonizó un remate claro que paró Unai Simón. Lo intentó Vinicius, Modric, Rodrygo, Valverde, Bellingham… Hubo jugadas casi bajo palos que el Athletic conseguía repeler. Los blancos lo buscaban, lo merecían, pero el gol no llegaba, llevada la frustración y el nerviosismo, de los jugadores, del público, quedaban 13 minutos y el campeonato de Liga se esfumaba.
Valverde rescata al Real Madrid
Los últimos diez minutos del partido fueron agónicos. El Real Madrid se ahogaba. Vinicius seguía insistiendo, una y otra vez. Por fin encontró puerta, pero no fue gol por 3 centímetros, los de la bota de Endrick que anuló el gol, tres minutos agónicos del VAR que hacía revivir historias de hace solo unos días.
Pero el Real Madrid no quería morir, se agarró a la vida, como tantas veces ha hecho, y logró el gol que le mantiene con vida en el campeonato. Quizá un gol que vale una Liga, quizá un gol que solo les mantiene, una semana más, con vida. El balón quedó suelto dentro del área, en la parte, derecha, casi fuera de esta. Valverde no se lo pensó: su primer toque de balón no fue bueno, pero le salió bueno, le botó delante, cogió algo de altura y no dudó, soltó una volea marca de la casa, el balón dibujó una parábola perfecta, a la escuadra contraria de Unai Simón, imparable. Un gol que vale más que tres puntos, un gol que le da oxígeno al Real Madrid.
El Real Madrid consigue tres puntos que pueden valer oro al final de temporada. LaLiga se esfumaba, pero a este equipo parece no agotársele las vidas.