Ser filosófico es necesario en muchas ocasiones. Ver un problema desde múltiples perspectivas suele ser adecuado. Saltarse las estadísticas es algo que todos aman, pues coloca la subjetividad por encima como norma madre irrebatible para todos. Sin embargo, después de tantos y tantos análisis realizados, no parece quedar nada más que asumir que esta temporada el equipo de la capital no se encuentra acertado.
Ser objetivo reside en la conciencia de que no se es objetivo, decía Eco en sus teorías. En consonancia con ello, podríamos decir que el acertar reside en la idea de que no aciertas, pues. Asumir que no se tiene puntería, que no se acierta en defensa ni en ataque, es acertar. Ver como un problema el problema es progresar, nunca ir hacia atrás.
Así pues, el Real Madrid no posee tanto como aquello que ellos mismos quieran denotar. Cristiano no está en tanta crisis como la que puede estar el equipo entero, sino que no tiene esa visión global de la situación. Asensio no encuentra su mejor nivel por razones varias, no solo porque no tenga la continuidad necesaria en el juego. Probablemente, esto influya, sí, pero sobre todo va a hacer mayor mella el que no se diagnostique el problema.
Entonces, llegamos a un punto clave en este análisis, el que se centra en ver qué es lo que ocurre en el terreno de juego. Ser un futbolista blanco implica ser una superestrella mundial, un líder, un rey de reyes, pero también ser humano. Y es que, solo un humano puede ver los problemas, intentar encontrar una solución y salir adelante.
De poco sirve el criticar, el echarse jarros de agua fría o el bajar los brazos tan rápidamente. Encajar dos tantos frente al Borussia de Dortmund, atascarse en San Mamés, hundirse en Valencia, naufragar en Londres, no son más que anécdotas, que simples y llanas historias que pueden ser borradas de nuestra memoria con una racha adecuada.
Es el momento de echar la vista atrás, ver qué problema existe, qué se puede mejorar, qué nos puede llevar a conseguir los tres puntos tan preciados del 23 de diciembre, y, sobre todo, cómo gestionar el rendimiento de unos futbolistas que en gran parte parecen estar faltos de motivación.
Imagen: www.realmadrid.com.