Victoria de oficio del Atlético de Madrid que ganó un partido que nunca dominó pero en el que tampoco se sintió demasiado incómodo en ese rol de sentirse dominado. El dueño del balón sin duda fue el Betis, que nunca dejó de creer en su estilo de juego, pero que le faltó mucha profundidad en sus acciones para crear más ocasiones de gol. Tres puntos que se llevan los atléticos en un partido poco brillante en el que ganó el más efectivo o el más práctico.
Partido clave para ambos equipos que llegaban a él necesitados de los tres puntos aún estando en luchas diferentes. El Betis más que los tres puntos, que siempre son importantes para alcanzar objetivos, necesitaba acabar con la racha de 5 partidos en liga sin ganar, sumado a una imagen de juego cada vez más pobre, y encima venía de caer eliminado en copa en casa con el Cádiz con un 3-5 muy doloroso. Enfrente el Atlético de Madrid recién llegado del palo de caer eliminado de la champions y con la necesidad imperiosa de ganar porque sus principales rivales (Valencia y Madrid) ayer ganaron sus partidos.
Empezaba el partido el Betis con muchísima intensidad para intentar meterse de lleno en el partido y cambiar el ambiente negativo que se respiraba en la grada de su estadio debido a las últimas actuaciones del equipo bético. Empezó presionando muy arriba y robando rápido la pelota para atrinchear en su área al Atlético, que parecía no haberse enterado aún de la película.
Dominaba el balón el Betis con mucha claridad, con un Guardado dueño del centro del campo. Durante los primeros minutos solo existía un equipo en el campo y los de Simeone sólo se encargaban de defender como podían los multiples ataques locales. Aún así tanto dominio no se traducía en ocasiones claras de gol, de hecho la oportunidad más clara la puso Joaquín en el minuto 22, lanzaba una falta lateral muy peligrosa y el balón se paseaba por delante de Oblak sin que nadie lograra empujarla a la red.
La primera llegada rojiblanca iba a llegar en el minuto 30 en un ataque por banda derecha, donde Vrsaljko iba a colocar un centro peligrosísimo que Gameiro no pudo rematar en el primer palo pero que Sául logró empujar a gol apareciendo en el segundo palo sin marca. Efectivamente, a la primera llegada del Atlético iba a llegar el 0-1 en el marcador, máxima efectividad.
A raiz del gol el Atlético si cabe se iba a sentir aún más cómodo, y el Betis se vino un poco abajo viendo que su arranque de partido no iba a tener esa recompensa que esperaban. Llegábamos así al descanso en una primera parte con dominio bético pero con efectividad rojiblanca.
El descanso les iba a servir a los de Quique Setién para volver a su guión de partido y volver a dominar el encuentro como hicieron en esa primera media hora de partido. Volvíamos al mismo escenario de un Betis dominando y un Atlético cómodo atrás, defendiendo muy juntitos y sin necesidad casi de salir a la contra.
En el minuto 60 iba a llegar la más clara del Betis, un rechace al borde del área lo iba a golpear Tello a bote pronto para que Oblak hiciera la parada de la tarde. Una vez más Oblak demostrando por qué es el portero menos goleada de nuestra lida.
De aquí al final del partido los locales incrementaron aún más su dominio y metieron aún más atrás a su rival que ya ni salía de su campo en ataque. A pesar de todo eso, no llegaban ocasiones claras y tanto dominio no se veía traducido en las áreas. El final de partido lo supo gestionar el Atlético que conforme se acercaba el final mas agusto y más tranquilo se sentían en el terreno de juego.
Llegábamos al pitido final con el solitario gol de Saúl Ñíguez que sentenció con su gol un partido que ganó el que marcó. Una vez más vemos reflejado que el fúltbol son los goles, que no por tener grandes posesiones de balón durante el partido, 73% hoy del Betis, se hacen más ocasiones de gol. El fútbol es el gol y sin gol no hay victorias.
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