Decían las leyendas que en España se inventaron grandes cosas. Algunos, más bromistas comentaban que fue el chupa-chups lo que mejor creamos los españoles. Otros, entendidos, destacaron la labor de Isaac Peral, que un día del siglo XX se decidió a poner en marcha el proyecto de crear un submarino.
Nadie lo tuvo en cuenta, pero sí existió un club que cuando creció tomó su apodo. El Villarreal, ese mismo que esta pasada semana era eliminado de la Copa del Rey.
Sirviendo como paralelismo, las fuertes lluvias que acaecieron en nuestro país esta semana hundieron al Real Madrid, ese equipo que no adoptó apodo más que de los clásicos vikingos. Así, en un duelo que podría ser apoteósico, se ponen frente a frente dos historias, dos leyendas, uno tocado, el otro hundido, y todo pasado por agua.
Y es que, después de un momento más que nefasto para los blancos, ha llegado la hora de recuperar la vajilla y dejar de lado los platos rotos. Puede ser que los amarillos terminen pagándolos, pero siempre hay que tener en cuenta que la escuadra de Calleja es tan complicada como cualquier otra. Pese a las bajas que ostenta, algunas tan importantes como Roberto Soriano o Nicola Sansone, es un bloque muy temible, ya que cuenta con grandes estrellas de equipos anteriores como Cheryshev, Castillejo, Gaspar…
En sí, su plantilla se encuentra repleta de grandes futbolistas, quienes, tal vez, esta pasada jornada de Copa sufrieron de lo lindo ante el monstruo del Leganés. Sin embargo, en casa, y ante un Bernabéu al que le debe mucho más que un simple buen resultado, no hay lugar para las excusas. Los hombres de Zidane, que descansaron el lunes, que tuvieron charla el martes, que jugaron el miércoles (empatando con el Numancia 2-2 en casa) y que intentaron recuperarse el jueves y el viernes no tienen excusa. No hay nada que valga que no sea sumar los tres puntos.
La ventaja es histórica, y un resultado negativo podría dejar a los madridistas en problemas incluso para clasificarse como directos a Champions, así como con una decaída moral realmente dura de sobrellevar. Es por ello por lo que el Villarreal, que también tiene su pugna personal con el Sevilla y que podría hacer daño al Real Madrid con una victoria, quiere hacer sangre.
Todo ello podrá ser comprobado el próximo sábado a partir de las 16:15 en el estadio de la capital de un país que creó un submarino. Será un choque marítimo, una lucha de titanes marinos, una pugna entre hundidos y sumergidos con medios para sobrevivir bajo las actuales turbias aguas del Bernabéu.
Imagen: