La pegada fue decisiva
Lleno absoluto en el Nuevo Arcángel para recibir al filial del FC Barcelona. Sonó el himno en el estadio califa y las 21.000 gargantas dejaron claro que iban a ser un jugador más. La primera ocasión iba a ser para los culés; Nahuel dejó atrás hasta a tres rivales para intentar adelantarse en el marcador. Pawel evitó lo que ya era un gol cantado. Tan sólo dos minutos más tarde la tuvo en sus botas Aleñá, cuyo disparo se marchó desviado.
Se iban acercando los blanquiverdes, que gracias a las internadas por banda de Javi Galán y Jovanovic comenzaban a generar peligro. Sergio Aguza lanzó una contra de vértigo que no pudo finalizar Narváez por la excelente intervención de la zaga blaugrana. Los aficionados se venían arriba y junto a ellos un Córdoba que empezaba a tomar las riendas del choque.
En el ecuador de la primera mitad los andaluces se fueron desinflando y Nahuel enmudeció a todo el estadio con un zapatazo al larguero que estuvo muy cerca de abrir el marcador. Sin embargo, seguían haciendo mucho daño al contraataque los hombres de Jorge Romero. Esta vez fue Aguza quien realizó un disparo con rosca que se marchó lamiendo el poste de la portería defendida por Varo.
Lo estaban buscando con insistencia. Lo estaban mereciendo. Tras una impecable jugada individual de Aythami, le cayó el balón en el interior del área a un Narváez que no iba a fallar. El colombiano hizo su primer gol con la blanquiverde para establecer el 1-0 en el electrónico.
Nos íbamos ya al descanso cuando Aleñá tuvo la más clara del partido. El catalán se plantó mano a mano con Kieszek y, con todo el tiempo del mundo para pensar, la mandó al muñeco. De esta manera daba por finalizada una primera mitad en la que ambos conjuntos nos brindaron ocasiones pero sólo el Córdoba supo aprovecharlas.
Se marchó todo al final
Dominio claro de los de Gerard López al comienzo de la segunda mitad. Se hicieron con la posesión sin llegar a crear excesivo peligro. La entrada del fichaje estrella del Córdoba CF, Jose Antonio Reyes, equilibró la balanza y el partido se trasladó por completo al centro del campo. Nahuel avisó con un disparo lejano que estuvo cerca de inquietar al meta local. Reyes respondió tan solo dos minutos más tarde con un chut potente que no encontró portería.
A quince minutos para el final, el árbitro asistente pitó penalti a favor del Barça B. Aleñá no se puso nervioso y transformó la pena máxima, igualando el resultado. A partir de este gol los blanquiverdes se volcaron al ataque en busca de los tres puntos.
Las acometidas locales fueron frenadas por una defensa blaugrana muy bien organizada sobre el terreno de juego. Pese a ello lucharon hasta el final para hacerse con la victoria. Esto precisamente fue lo que provocó que en la última jugada del partido los culés consiguiesen los tres puntos. El desorden de la zaga cordobesista fue aprovechado por Nahuel para llevarse los tres puntos de vuelta a Barcelona.