El Barça ha resucitado. Nadie apostaba por ellos para la Copa del Rey y, con seriedad, saber hacer y un técnico que le ha devuelto la vida, se ha levantado y ha conseguido lo más difícil frente al rival más difícil: el Real Madrid.
Los dos equipos salían serios defensivamente al inicio del partido. En ataque, Tomic y Doncic (desde el tiro libre), eran los líderes de sus respectivos equipos. Todo era igualdad hasta que un parcial de 11-3 para los blancos decantaba la primera ventaja del encuentro, aunque un Pau Ribas apagafuegos (5 puntos) y un tapón para la galería de Hanga recortaban distancias al final del primer cuarto (21-15).
Nada más empezar el segundo volvió a una pista de baloncesto (tras cuatro meses lesionado) el pívot Gustavo Ayón; pero el mexicano no podría evitar que los catalanes remontaran el partido con un demoledor parcial de 8-20 (29-35, min. 18) y consiguieran, con el acierto de Oriola y la elegancia de Heurtel (MVP Movistar del campeonato), una ventaja que mantendrían hasta el descanso (34-40).
Pero la cosa no quedaría ahí. Ni mucho menos.
El conjunto azulgrana salió de los vestuarios enchufadísimo en los dos lados de la pista endosando a un frágil Real Madrid un parcial de salida de 1-12 que obligaba a Pablo Laso a parar el partido a 8.02 del final del tercer cuarto. Pero el Barça Lassa iba a por la Copa, y una nueva canasta de Ribas le llevaba a una máxima diferencia de 18 puntos (40-58, min. 25). Aun así, Rudy Fernández aguantaba a los suyos y siete puntos del mallorquín en el peor momento del equipo los mantenía vivos para encarar el último cuarto con opciones (52-67).
En los últimos diez minutos el Barça salió con la intención de cerrar el partido. La presión adelantada del Madrid no impedía un intercambio de canastas que no les servía de nada, y los aficionados catalanes ya celebraban la victoria. Pero no contaban con un jugador. El mejor triplista de la Liga Endesa. Jaycee Carroll. El estadounidense encestó tres triples casi consecutivos que hacían soñar a los de la capital (67-78, min. 35). Pero el conjunto de Pesic siguió a lo suyo y sendas canastas de Hanga y Tomic sentenciaban prácticamente el encuentro (70-83, min. 37). No sabían que enfrente tenían al equipo más en forma de España, y seis tiros libres de Campazzo lo volvía a acercar en el marcador; ésta vez a cinco puntos. Pese a ello, Sanders anotaba una canasta importantísima sobre la bocina de posesión que hacía enloquecer a la afición blaugrana a 55 segundos del final (82-89).
Pero todavía quedaba un hombre que no había dicho su última palabra, que con dos triples seguidos ponía a su equipo a dos puntos a falta de 11 segundos para el final del partido: Trey Thompkins. Pierre Oriola fallaba sus dos tiros libres, y el Real Madrid tendría bola para empatar o llevárselo. Causeur asumió la responsabilidad desde el 6,75; pero erró, y también lo hicieron Taylor (aunque con una clara falta de Víctor Claver que no vieron los árbitros) y Rudy en el palmeo.
Por lo que, al final, el FC Barcelona Lassa resurgió de sus cenizas para ganar al Real Madrid y olvidarse de todo lo que ha pasado anteriormente en un partido emocionantísimo. Lo pueden decir muy alto. El FC Barcelona Lassa es el campeón de la Copa del Rey de Gran Canaria 2018.