Almería y Cultural se enfrentan este sábado en los Juegos del Mediterráneo buscando tres puntos clave. Unos para alejarse del peligro y los otros para meterse en la pomada. Los leoneses son los que más se juegan, ya que si no ganan, se complicarían mucho la vida. Llevan rachas completamente opuestas: los locales han logrado seis puntos de nueve; y los visitantes tres derrotas consecutivas.
Los almerienses llegan tras haber ganado por cero goles a tres al filial sevillista, mostrando una gran solidez y afrontan este partido seguros de que la afición les ayudará a conseguir los puntos. Pero también sabedores de los peligros que tiene la Cultu. Lucas Alcaraz dijo que: «si se les deja metros la Cultural nos puede hacer daño».
El Almería es un equipo que deja jugar, que sin necesidad de encerrarse tapa muy bien los espacios y es difícil meterle gol; sin embargo, los de Rubén podrían fijarse en el ultimo gol que recibieron, obra de David Rodríguez (Osasuna), rematando a placer un saque de esquina.
Por su parte, los culturalistas perdieron 2-3 contra el Rayo, y se sitúan cuartos por la cola a tres puntos de salir de ahí. Las matemáticas dicen que están a tan sólo una victoria, pero las sensaciones muestran que una victoria es un mundo, y más fuera de casa. Después de este último partido Rubén parece que lo tiene claro: «tenemos que competir al máximo durante todo el partido, sólo así tendremos opciones. Es de vital cumplimiento para situarnos en buena posición». Señalando además que «el equipo está cómodo jugando con dos delanteros», enfatizando en la idea de volver a jugar con 4-4-2.
El mister no ha querido caracterizar el partido de una final, pero lo cierto que sólo vale la victoria; un empate sólo serviría para hundirse un poco más. Para ello, la idea de poner de inicio la dupla formada por Ibán y Rodri es bastante válida, jugar con un segundo punta que libere un poco a Rodri y que pueda marcar otro gol (legal) esta jornada. Las bandas podrían ser ocupadas por Guarr
Las cartas están sobre la mesa y listas para ser usadas con un único fin. Desde luego, que aunque ni De la Barrera ni Alcaraz han definido ésto como una final, ambos saben que lo es.
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