En el primer cuarto, se pudo apreciar un partido intenso en defensa, con robos y en algunos momentos concretos parecía un correcalles. Lillard comenzó desacertado y falló sus seis primeros tiros. Nurkic, con 8 puntos, mantenía a su equipo a flote. En líneas generales, los Blazers estaban poco acertados, pero trataban de compensar su baja anotación con su gran defensa. No obstante, el primer cuarto lo ganó Minnesota por 24-19.
En el segundo cuarto, Portland trataba de igualar el marcador con jugadas espectaculares como un 2+1 de McCollum o un mate de Davis tras fallo del escolta. Consiguieron enchufar aún más a los aficionados, pero los visitantes, con paciencia y jugadas en estático conseguían mantener la diferencia. En el apartado reboteador, los locales conseguían capturar varios rebotes ofensivos por su insistencia y constancia, pero Towns protegía el aro con una gran defensa. Cabe destacar el espectacular segundo cuarto del interior, en el que anotó 19 puntos y que acabaría la primera parte con 21. Por su parte, Lillard hasta el descanso había anotado dos de sus doce tiros, lo que hizo que se viera cierta frustración en el jugador. Al descanso los visitantes ganaban de cinco puntos.
El tercer cuarto comenzó con un parcial de 7-0 a favor de los locales, para ponerse por delante y obligar a Thibodeau a pedir un tiempo muerto. Towns seguía a lo suyo y sumó otros nueve puntos en este cuarto. Wiggins y Gibson se convirtieron en escuderos del interior en lo que a anotación se refiere. Por su parte, Nurkic y Aminu rebañaban cualquier rebote o balón suelto que hubiera, y McCollum respondía a la llamada de su equipo ante la falta de Lillard. Este último acabó enchufándose al final del cuarto con varios triples lejanos. Se apretaba el partido y llegaban al último cuarto con una diferencia de tres puntos en el marcador a favor de Minnesota.
La defensa y la intensidad, al igual que en todo el partido, fue la tónica del último cuarto. Parecía un partido de playoffs, y es que ambos conjuntos quieren acabar entre los cuatro primeros de cara a la postemporada. La afición apretaba y empujaba a su equipo, que se puso por delante y lideró el marcador prácticamente los últimos cinco minutos del encuentro. Quedaba menos de 4 minutos, y con un parcial de 8-17, Minnesota se vio obligada a parar el partido para corregir errores. McCollum y Lillard ampliaban la diferencia desde el perímetro. Por su parte, Wiggins trataba de reducir la diferencia con un triple, que sería contestado con otro de Lillard. El base, que fue de menos a más, acabó apareciendo y lideró en el tramo final a su equipo.
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