No están teniendo los Knicks sus mejores partidos precisamente esta temporada contra los Bucks. Al menos no son los que más estén disfrutando. En esta ocasión, a pesar de la buena imagen dada, el equipo de la Gran Manzana no pudo evitar una nueva derrota que le acerca aún más a los puestos de debajo de la Conferencia Este. En gran parte esto viene debido a la grave lesión del letón Porzingis, quien se lesionó precisamente en el último partido que su equipo jugó contra la franquicia de Wisconsin, y sin el cual tan sólo han ganado un partido desde entonces.
Ya desde el principio tanto Antetokounmpo como Middleton mostraron sus armas de guerra, en una batalla que se presentaba a priori bastante asequible para los de Milwaukee, ya fuera por el factor de jugar en casa, o por los simples y muy diferentes objetivos marcados por cada equipo. Solo Kanter parecía poder plantar algo de cara en estos primeros instantes para los de Nueva York.
Desde el ecuador de este primer cuarto en adelante ya se vio a unos Bucks con hambre de querer llevar el partido por la vía rápida, llegando a tener una renta de hasta nueve puntos, aunque los pupilos de Hornacek supieron reaccionar a tiempo, con un gran Williams, que acabó con 11 de sus 18 puntos finales, antes del segundo cuarto.
A partir de aquí en Milwaukee se empezó a ver una figura que poco a poco va dando pasitos cada vez más grandes, a pesar de sus dos graves lesiones de rodilla, Jabari Parker. Por el contrario, Williams, la última adquisición de los Knicks en el mercado de agentes libres, y compañía, mantenían a su equipo en la pomada, siempre cerca en el marcador.
Tanto es así que a falta de 6 minutos el marcador estaba totalmente igualado, aunque no por mucho tiempo. Una sacudida express de los Bucks hizo que el partido se rompiese durante unos instantes. La ventaja, que llegó a ser de hasta 16 puntos, hacía pensar que esta vez sí los Ciervos no iban a dejar que los de Manhattan les dieran mucha más guerra, pero no fue así. Un 11-0 de parcial, incluido el buzzer beater de Hardaway para cerrar la primera mitad, dejaba la diferencia en solo cinco puntos y con todo abierto para los restantes 24 minutos.
El comienzo de la segunda parte fue un poco el reflejo de lo que se había venido desarrollando hasta entonces. Un equipo, los Bucks, con prisa por despegarse del acoso del rival, y el otro, los Knicks, con ganas de no perder de vista a los ayer locales. Kanter por Nueva York, y Giannis por Milwaukee, tomaron responsabilidades cada uno en sus conjuntos, haciéndolo ambos muy bien. Eso sí, cuando el turco tuvo que dejar el parqué por problemas de faltas, y el griego por molestias en su hombro derecho, ambos tuvieron en Hardaway y Middleton, respectivamente, a dos escuderos más que fiables para llevar las riendas de sus equipos.
Aunque los Knicks, con tres tiros libres de Mudiay (que anotó dos), llegaron a ponerse por delante, fueron los Bucks los que comenzaron el último y definitivo cuarto con una ligera ventaja (89-91), que hacía presagiar un emocionante desenlace del que estaba siendo un muy divertido partido.
No llevó mucho tiempo darse cuenta que emoción iba a ver si al alero griego le apetecía que hubiera. Y no le apeteció demasiado. Antetokounmpo pronto comenzó una campaña de acoso y derribo contra el aro de los Knicks para empezar a tomar una ventaja algo más seria. No era el partido en el que los DE Nueva York se rindiesen a las primeras de cambio, ni mucho menos. Fue de recibo el esfuerzo que los ayer visitantes hicieron por mantener el duelo vivo hasta el final, aunque parecía claro que tarde o temprano ese castillo de naipes se iba a caer.
Sin el acierto que hasta ese momento habían mantenido, los neoyorquinos vieron como su rival lograba irse de nuevo hasta de 16 puntos. Una renta que, si bien unos minutos antes habían logrado salvar, esta vez ya no hubo tiempo para mucho más, a pesar de los intentos de un Mudiay que fue el mejor de los suyos junto con Hardaway en estos 12 últimos minutos.