La tensión y el ambiente fueron los de una tarde de partido importante. El Nou Municipal se llenó para acoger un duelo directo en la lucha por playoff entre U.E. Cornellà y Lleida Esportiu. La táctica superó al desequilibrio y solo un error defensivo de los visitantes y una gran jugada de los locales pudo decantar el marcador. En el descuento, con la máxima dosis de épica posible.
El temor a cometer un error que pudiera costar caro limitó a los dos equipos. Muy pocas llegadas por parte de ambos conjuntos. Llegó, sin embargo, más el Lleida, que lo hacía con más claridad cuando encontró a su hombre diferencial: Jorge Félix. Sobretodo en el primer tiempo, el 10 ilerdense condujo varias salidas al contraataque. Fue peligro lo que generó el equipo de Gerard Albadalejo, pero pocos acabaron en tiro, y de ellos menos aún en ocasión de gol.
En los 90 minutos cada equipo tuvo una ocasión muy clara. La del Lleida fue un remate de Ortuño a centro de Nierga que besó la red pero por el lado equivocado. La del Cornellà, un disparo de Joan Oriol que salió cerca de la escuadra de la portería de Diego Rivas.
Ambos entrenadores plantearon dos líneas de cuatro. Se notó cuál era el objetivo primordial de ambas. Cuando tocaba defender siempre quedaban replegadas por detrás del balón. Las transiciones a zona de ataque eran muy costosas porque el trabajo físico defensivo fue muy exigente. Muchos contraataques de ambos equipos tenían que convertirse en otra cosa por falta de efectivos.
Y, sobretodo, mucha tensión. Lo que había en juego hizo saltar chispas entre varios jugadores de ambos conjuntos. El juego aéreo dio lugar a muchos saltos con contacto que generaron disputas entre defensores y atacantes. el rifirrafe se trasladó a la zona de banquillos con cruces de palabras poco amistosas.
El encuentro se decidió cuando el empate ya hacía tiempo que se veía como la única salida a un partido con tantas pocas llegadas. En el segundo y último minuto del descuento un gol de Fito Miranda desató la euforia en el estadio para dejar los tres puntos en Cornellà. Un balón peinado por Leon de Kogel llegó a los pies de Cortés que puso un centro medido para la entrada del extremo del equipo del Llobregat.
El técnico, Jordi Roger, reconoció que la victoria había sido como «llevarse el último croissant cuando vas a la panadería». Un croissant de tres puntos que permite al Cornellà aventajar en cuatro al Lleida que se mantiene en la quinta plaza.