Un derbi vasco siempre es algo especial para los equipos que lo disputan, pero lo es aún más cuando ambos equipos desean romper su mala racha para lograr sus objetivos. El partido empezó muy igualado, con poco juego y sin un dominio claro, amén de imprecisiones por parte de los dos conjuntos. Según fueron pasando los minutos, el partido empezó a adoptar un toque «armero», decantándose por el Eibar, que lograba cierto peso en la balanza. A pesar de ello el dominio fue inocuo y sin llegadas peligrosas para los de Mendilíbar. En el ecuador de la primera parte se produjo un fuerte choque entre Charles y De la Bella, lo que haría que sustituyesen al de Ipurúa unos minutos después.
En cuanto al juego de la Real, se caracterizó por no cometer errores en su campo y jugando largo ante la presión de los locales. En ataque no ocasionaron ninguna acción peligrosa y se les veía sin ningún tipo de ideas. Minutos antes del descanso, Moyá realizó una buena acción para detener un tiro de Jordán que amenazaba con adelantar al Eibar en el marcador. El dominio de los eibarreses iba in crescendo según avanzaba el partido: Otra buena ocasión para el Eibar sucedió al filo del descanso, a pesar de que un pase de Pedro León con Dmitrovic fuera de la portería. La primera parte finalizó con un Eibar cómodo, exigiendo alguna intervención de Moyá y generando más juego que sus contrincantes. La Real, floja en ataque, estaba con una delantera desaparecida y con la posesión en contra.
Tras el descanso, las tornas cambiaron: La respuesta de la Real Sociedad ofrecida en el segundo tiempo no tuvo nada que ver con la imagen ofrecida en la primera parte. Las primeras llegadas vinieron de la mano de la Real, con un juego mucho más directo. Digna de mención es la ocasión que Willian José no pudo aprovechar pasado el cuarto de hora de juego tras el descanso. El delantero falló una ocasión clara para abrir la lata. Minutos después, el encuentro se igualó con un Eibar moviendo el balón con más criterio y aguantando la posesión. Sin embargo, los toques de atención serían por parte de sus rivales. Se siguieron sucediendo algunas aproximaciones interesantes, pero ninguna propiciando una gran amenaza para el otro equipo: Las tablas seguían campeando en el marcador. Así pues, 50/50: El Eibar dominó la primera parte y la Real lo haría en la segunda, pero nadie tomó la iniciativa en el luminoso. Un punto para cada equipo en el debut de Imanol Alguacil al frente del banquillo txuri urdin, que tendrá que encontrar la mecánica para mejorar la temporada. La SD Eibar se sitúa con 40 puntos en la mitad de la tabla, a 6 de la UEFA Europa League, que marca el Girona. La Real, por su parte, se queda con 34 puntos en tierra de nadie. Sus opciones de entrar en competición europea son muy bajas, pero también se encuentran estabilizados y lejos del descenso.
Escrito por @Alejandro_DVJ