Sinceramente, no sE como comenzar este artículo. Salí tan fastidiado del Reino el sábado que no sé ni sobre lo que hablar. Así que bueno, lo haré a modo de carta.
Querida abuela,
Empecé a ir al Reino con 13 años, en el año del descenso administrativo, sin embargo, ya llevaba siguiéndote desde el año de Cervera -temporada 2008/09-. Año en el que comencé a valorar lo que hacía el equipo de mi ciudad, año en el que supe lo que eran valores como la lealtad.
Me costó convencer a mi padre para ir a verte, ya que soy de un pueblo no había esa costumbre de visitar el Reino cada 15 días. Mi primer partido fue un 1-3 contra el Palencia. Resultado doloroso ,y más porque íbamos últimos en la clasificación con 8 puntos. Pero de ese día me quedo con el momento de bajar las escaleras, ver el buen estado del césped, a los jugadores calentar o a los ultras -de aquella no teníamos grada de animación- animar.
Por esos años, tanto esa campaña, como en las posteriores, teníamos que remontar para lograr los objetivos propuestos, y yo confiaba siempre. Siempre he tenido una actitud positiva. Pero este año se me ha acabado, esta temporada ni los jugadores ni lo que hace el míster me hacen tenerla.
Querida abuela, sólo pido que si caemos, lo hagamos de pie, lo hagamos luchando, hasta que caiga la última gota de sangre, porque siempre hemos sido así. Siempre hemos tenido esa actitud cazurra, de luchar aunque las cosas estuvieran imposibles -este es el caso-, pero ahora parece que no la hay.
Querida abuela, sólo te voy a pedir que le envíes un mensaje a algunos jugadores recién llegados este año. Y es que este escudo no se arrastra por el campos, porque tienes 95 años, y no podemos permitir que no se lo dejen todo en el campo.
Querida abuela, te quiero. Desde el momento que supe de tu existencia y empecé a seguir tus partidos. Nunca te abandonaré y siempre te estaré animando, hasta el final de mis días. Por último sólo quiero decirte que si caemos, lo haremos con la cabeza alta, y seguros de que volveremos, porque lo haremos.