Cuarta Copa del Rey para un FC Barcelona muy superior a un Sevilla que nunca se enteró de la final que se estaba disputando y fue un juguete en la mano de los blaugranas. Goleada histórica y doblete asegurado para el equipo de un Ernesto Valverde que hoy pasó por encima de un Sevilla perdido y hundido.
En las finales es muy importante salir enchufado desde el minuto 1 e intentar controlar esos nervios típicos de citas tan importantes con un título en juego. Pues esto es justo lo que pasó en esta final, el Barcelona fue el que salió enchufado y con ganas de marcar territorio desde el principio, y por contra el Sevilla fue el de los nervios y el del verse superado la situación y por lo que había en juego.
Así el Barça fue el dueño del balón en esos primeros minutos y los andaluces solo eran meros espectadores de lo que iba sucediendo. El gol era cuestión de minutos que llegara porque el dominio era muy notorio. Y ese gol iba a llegar de una manera soprendente eso sí, Cillessen en un lanzamiento largo iba a dejar solo a Coutinho (la defensa del Sevilla horrorosa en esta jugada) y éste le iba a dejar el gol en bandeja a Luis Suarez.
Sólo con este gol reaccionó algo los de Montella siempre por el lado de Navas que era el único que parecía enterarse de lo que se estaba jugando hoy en Madrid. En dos pases del sevillano tuvieron opciones Nzonzi primero, pero no llegó a tiempo para rematar, y Mudo Vázquez después, con un cabezazo muy centrado.
Pero más lejos de la realidad la superioridad del equipo de Ernesto Valverde era muy evidente. Iniesta en un tiro al larguero iba a estar cerca de aumentar la diferencia en el marcadro, pero el segundo iba a llegar en otra acción más de esa dupla Alba-Messi que tantas alegrías les ha dado este año a los culés. Gol de Messi y jarro de agua fría para el Sevilla que seguía perdido en la final y sin visos de reacción.
Sin tiempo para reponerse llegaría el 0-3 de nuevo de Suarez, en un pase genial de Messi que lo dejaba solo delante de David Soria, para que el uruguayo definiera a la perfección.
Final sentenciada al descanso con un Barça que quería disipar todas esas dudas después de su eliminación sorpresiva en Roma, y que lo conseguió en 45 minutos.
La segunda parte no iba a diferenciarse mucho de lo que vimos en los primeros 45 minutos. Seguía la superioridad blaugrana y seguía el Sevilla dando coletazos sin saber bien qué hacer. Y encima en el minuto 7 de este segunda mitad iba a llegar el 4-0 de Iniesta, una genialidad del manchego tras otro pase más de Messi .
Los minutos pasarían ya en una final que ya tenía dueño y donde sólo faltaría saber el resultado final en una final histórica por el resultado.
El quinto y definitivo lo metería Coutinho de penalti, para redondear un partido perfecto para el Barcelona que iba a conseguir su copa del Rey número 30 y su cuarta seguida, números que lo hacen el rey de copas sin lugar a dudas.
@juanmajurten