Inicio de los 45 minutos con un Fuenlabrada muy enchufado. No eran oportunidades claras, pero el juego lo dominaban ellos y empezaban a jugar en campo contrario. Estaba claro que los chicos de Eloy Jiménez querían despedirse de la temporada regular con una victoria más ante su afición.
Eran tímidos los acercamientos por parte de ambos equipos. Hasta que llegó una de las mejores para el Fuenlabrada en el minuto 20 con un derechazo con pierna derecha desde la frontal del extremo Quero, que finalmente se marchó rozando el palo derecho de la portería de Mandaluniz.
El partido estaba en un momento tranquilo con los dos equipos disputando el balón en el centro del campo sin grandes oportunidades. Sin embargo, llegó una internada por la banda de Iago Díaz que puso un centro raso al área pequeña que remató Cidoncha a placer.
Justo después de esta jugada, Arruabarrena recibió un balón rechazado que empujó hasta el fondo de la red, pero esta vez el árbitro señaló un claro fuera de juego. El Fuenlabrada comenzaba a enchufarse y con un tiro desde el centro del campo casi consiguen sorprender al guardameta de la Ponferradina. Es más, el córner siguiente terminó con un derechazo formidable de Iribas que despejó Mandalunz al centro del área. Después, en la misma jugada Ismael, el recién entrado, finalizó con una bonita chilena que no logró terminar en gol.
Pero esto es fútbol y nunca es un deporte justo. En los siguientes minutos, con un Fuenlabrada echado arriba, Diego finalizó con un disparo ajustado al palo izquierdo, una contra de libro de la Ponferradina. El resultado se ponía muy en contra con el 0 a 2.
La primera mitad ha llegado a su fin en un encuentro muy entretenido con ocasiones para los dos lados y un juego muy elaborado de toque nada común en la Segunda B. El Fuenlabrada no está mereciendo la derrota, aunque no han sabido aprovechar ninguna de las innumerables ocasiones de gol.
La segunda parte del Fuenlabrada comienza con la misma premisa, echar el quipo hacia arriba y buscar el gol. Desde el principio caló el mensaje del míster, y a los pocos minutos comenzó a dar sus frutos. Minuto 50, Vicente remató un cabezazo completamente solo, pero se marchó más desviado de lo previsto.
El poderío del conjunto local iba a decaer en los siguientes minutos, esa superioridad desaparecía y las ocasiones llegaban de vez en cuando. Es más, en una falta directa que no parecía que llevaba ningún peligro, Andy, el capitán, anotó con un disparo no muy fuerte que ayudó Codina a que entrase con una mano muy blanda. La Ponferradina, sin ocasiones muy claras de peligro, demostraba su efectividad cara a puerta para agrandar la brecha hasta los tres goles.
Los minutos finales llegaban, pero el Fuenlabrada no aprovechaba las pocas ocasiones de las que disponía. El partido estaba a punto de morir, sin ningún equipo intentando dominar el partido. Llegaban algunas ocasiones al final, pero entre la falta de puntería, y las estiradas de Mandaluniz, el resultado no varió.