La Selección Mexicana Sub 17 hace apenas unos días finalizó en el segundo lugar del Premundial de Concacaf rumbo al Mundial Uruguay 2018, el cual se jugará entre noviembre y diciembre de este año. Esto significa de manera indirecta, un triunfo completo para la Liga MX Femenil que está a un mes de iniciar el tercer torneo de su historia.
DESPLAZANDO A CANADÁ
La nación de la hoja de maple, tradicionalmente ha dominado la Concacaf junto a Estados Unidos, trabajando conjuntamente en un sistema de ligas de desarrollo que permite a las jugadoras universitarias de ambos países, llegar a convertirse en jugadoras profesionales. De esta manera, México quedaba en desventaja al momento de competir en el área al tener que depender del talento de las jugadoras que reclutaba mediante visorías y con las que trabajaba ocasionalmente, en los diferentes combinados nacionales.
No obstante, en ocasiones la calidad de las jugadoras mexicanas resultaba suficiente para terminar superando a canadienses y estadounidenses en diferentes eliminatorias. Pero ahora con una liga profesional que permite a las futbolistas mexicanas tener una disciplina y competencia que desarrolla sus capacidades, el presente nos ha dado muestras de lo que puede ser el futuro: un México por encima de Canadá y acercándose a Estados Unidos.
La generación sub 20 batalló para superar a las canadienses, pero terminó consiguiéndolo en tiros penales como parte del camino a su primer campeonato de Concacaf en la historia. Pero la generación sub 17 ya mostró una clara superioridad sobre la escuadra de la hoja de maple y con el trabajo de desarrollo por parte de los equipos de la LIGA MX Femenil, la brecha favorable a las escuadras aztecas indudablemente irá creciendo.
EL TRABAJO POR HACER
Estados Unidos sigue siendo la mayor potencia mundial del futbol femenil, pero México ha confirmado que las condiciones de sus jugadoras le pueden competir. Pero si realmente se piensa en estar a la par de las estadounidenses en el futuro, es necesario comenzar a planificar y trabajar de inmediato.
Las selecciones estadounidenses en todas sus categorías tienen partidos y giras de preparación de manera constante cada año y ese es un camino a seguir por parte de las escuadras mexicanas. Tener roce con diferentes estilos de juego servirá para tener una idea clara del lugar que se ocupa en el panorama mundial y conforme vaya imponiéndose a estos estilos de juego, la confianza también crecerá y se estará listo para dar pasos importantes.
Las bases están sentadas mucho más rápido de lo que se esperaba y es momento de crear la estructura necesaria para consolidar a México como una potencia futbolística femenil.
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