Definitivamente, el fútbol se nos ha ido de las manos. A nosotros, a los aficionados que siempre acompañamos a nuestros. No a los que se llenarán previsiblemente los bolsillos, a ellos seguro que no. De la decepción que supuso para muchos sevillistas y culés el no haber podido disfrutar de la Supercopa de España se ha pasado al calvario que viviremos todos los aficionados de los clubes de LaLiga por saber qué partido no podremos ver. Porque nos llevarán un partido a Estados Unidos. Y, como siempre, sin pensar en el aficionado.
La verdad que cuando acaba una temporada, sea buena o mala, cualquier aficionado ya espera con ilusión la siguiente. En lo primero que te fijas en estos meses de verano es en los fichajes. Que si falta uno u otro. Ese es el tema de conversación que tenemos muchos durante estas semanas. Pero lo segundo que esperas con ilusión es esa campaña de abonados. Eso que los clubes hacen para captar socios y que no han debido de tener en cuenta a la hora de tomar esta horrible decisión. Porque que nadie olvide que en los más de 100 años de este deporte ha sido el aficionado quien ha llevado al fútbol a lo más alto. Quien ha llenado estadios, ha salido a la calle a celebrar éxitos y siempre ha estado ahí.
¿Y ahora qué? Abrir la puerta al dinero siempre es fácil, pero cerrársela al corazón de tantos seguidores podría provocar que esos estadios que quieren llenos acaben solo con los integrantes de los palcos. La vergüenza y rabia que ahora mismo estamos sintiendo todos los aficionados no importa. A todos los que mandan parece importarles poco. Porque ahora qué. ¿Nos venderán el cuento del dinero? Pues sí, como siempre. Que será una inyección para los clubes o que los aficionados de otros países pagarán más por ver el partido. Eso sí, a socios, abonados y aficionados, hablando claro, que les den.
¿Hasta dónde llegaremos?
Me hace mucha gracia que aún mantengan esa frase que afirma que el fútbol es de los aficionados. Ya no sé si es peor que la digan o que se la crean. Porque nadie sabe hasta dónde llegaremos ya. De no poder ver nada en abierto -nos quedaba la Champions y también la han quitado- se pasará a no poder ver nada en España. Y de verdad, es lo que parece. Porque ya no se puede ver la Supercopa, y dentro de poco no se podrá ver ni LaLiga.
Y después queremos compararnos, por ejemplo, con la Premier. Pero me parece que los que mueven el cotarro no lo han entendido aún. Si algo hace atractiva a la competición doméstica en Inglaterra es, en primer lugar, sus aficionados. Ese ambiente que hay en todos los estadios, ese seguimiento social. Aquí también nos gustaría poder llenar todos los campos cada fin de semana, pero se antoja cada vez más difícil. El fútbol se nos ha ido de las manos.
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