El partido arrancó con un Osasuna mejor plantado sobre el terreno de juego. Los hombres de Jagoba Arrasate se hicieron rápidamente con el peso del encuentro, aunque sin demasiada profundidad de cara al gol. Con el paso de los minutos, el Mallorca, recién ascendido a la liga de plata, se iría haciendo dueño de la posesión y de las ocasiones de peligro. Abdón Prats y Carlos Castro, hombres de referencia en el ataque bermellón, dispondrían de varias oportunidades para abrir el marcador. Sin embargo, el gran trabajo realizado por Juan Pérez haría desperdiciar cualquier intento de los baleares.
Osasuna, encerrado en su campo por el continuo asedio de los locales, no encontraba el modo de revertir la situación. Los pupilos de Vicente Moreno habían puesto un cerco muy estrecho a sus rivales, encerrados en su campo e incapaces de acercarse a la meta defendida por Manolo Reina. No sería hasta el minuto 35 cuando llegaría la primera ocasión clara para los visitantes. Remate de semivolea de Oier desde la frontal que no cogería portería por muy poco.
A pesar de esta última ocasión, lo peor estaba aún por llegar para los navarros. Cuando la primera mitad ya encarrilaba su final, Carlos Castro sería derribado por Unai García dentro del área osasunista. Con toda la tranquilidad del mundo, Abdón Prats sería el encargado de ejecutar la pena máxima con un chut hacia la derecha de Juan Pérez, que sería engañado completamente por su rival. La superioridad local se hacía patente en el resultado.
Tras el paso por el túnel de vestuarios, la tendencia del partido no varió. El Mallorca, ahora con ventaja en el luminoso, seguía dominando sobre el tapete de Son Moix. Sin embargo, Osasuna no había dado todo por perdido y poco a poco iría recuperando confianza en su juego. Quedaba toda la segunda parte por delante y los de Arrasate no estaban dispuestos a irse de vacío para Pamplona.
El cuadro navarro se haría con el control del partido, pero, como sucediera en la primera mitad, sin peligro sobre la portería rival. Pasados los primeros compases de estos segundos 45 minutos, los entrenadores de ambos equipos introducirían a varios hombres de refresco para dar mayor soltura a sus respectivos conjuntos. La entrada de Brandon Thomas y Juan Villar daría un «plus» al bando visitante, cada vez más incisivo en el ataque.
El Mallorca, intimidado en el tramo final del choque, gozaría de una ocasión clara para sentenciar el partido a través de Abdón Prats, cuyo remate sería repelido bajo palos por la defensa de Osasuna. Una gran ocasión desaprovechada que pudo tener mayor relevancia si el árbitro no llega a invalidar el gol de Nacho Vidal en el minuto 89. El jugador cedido por el Valencia se sacaría un fantástico remate de chilena que sería anulado por juego peligroso en la ejecución. Un último mazazo para los visitantes, que no gozaron de fortuna en ningún momento del encuentro.
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