Sin un dominador claro sobre el tapete de los Juegos del Mediterráneo, el encuentro dio comienzo con ambos conjuntos muy intensos. En los primeros compases, la igualdad se hizo patente y no se vieron acercamientos de verdadero peligro hacia ninguna de las porterías. Transcurridos los minutos iniciales, el Zaragoza cogió mayor peso en el partido. A través del control de la posesión, el cuadro maño se mostró mucho más cómodo, pero sin demasiada verticalidad en sus ataques.
El cuadro local, por su parte, buscaba la rápida recuperación para salir a la contra, aunque el trabajo defensivo de los aragoneses impidió cualquier intento de los hombres de Francisco por abrir el marcador. El partido cayó en una dinámica en las que las llegadas se produjeron hacia ambas porterías. En el minuto 26 llegó la primera acción polémica del choque. Los locales se quejaron de un empujón de Grippo a Álvaro Giménez en el área visitante, pero el colegiado no vio suficiente gravedad como para señalar la pena máxima.
Al filo del descanso, pudo haber otro penalti para el Almería. Los jugadores y el público de los andaluces se desesperaban ante la pasividad del árbitro para sancionar la acción, ya molestos por la situación similar que se produjo con anterioridad. Sin ocasiones importantes y sin la sensación de ver la cercanía del gol, el árbitro señaló el final de una primera parte en la que se esperaba más de ambos equipos.
Después del descanso, los dos conjuntos saltaron al terreno de juego mucho más incisivos. Con el deseo mutuo por estrenar el luminoso, el partido se convirtió en un continuo cambio de cromos en el que los acercamientos se produjeron hacia ambas metas. Fruto de ese flujo de llegadas, no tardaría en lograrse el primer tanto del encuentro. El Almería, que ya la había tenido antes en los pies de Luis Rioja, se pondría por delante con un gol en propia de Grippo, que estaría desafortunado con el rebote tras ser salir repelido por su portero el remate anterior de Álvaro Giménez.
Sin embargo, tan solo dos minutos la alegría almeriense. El Zaragoza, rápidamente, devolvería las tablas al resultado con un gol de Lasure tras una perfecta combinación entre él y Pombo. El choque estaba completamente roto. Los dos bandos encarrilaban el camino del gol con la intención de ponerse en ventaja. Un panorama completamente distinto al del primer periodo, que ya se había dejado notar al comienzo de estos segundos 45 minutos.
En el desenlace del enfrentamiento, cuando todo hacía parecer que el resultado estaba destinado a acabar en un reparto de puntos, el Almería conseguiría el tanto que decantaría el marcador. Contragolpe de los locales que finaliza Corpas con un remate a la escuadra de la meta defendida por Cristian Álvarez. Gran recompensa para el conjunto almeriense que, sin ser muy superiores a sus rivales, hicieron más méritos que sus rivales para llevarse los tres puntos del encuentro.
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