El año 2018 tal vez es uno de los peores años de Yamaha, tras bastantes carreras sin ver un podio, la mitad del año 2017 y esta temporada del 2018. Valentino y Maverick se muestran muy disconformes con el equipo y con la temporada que no tiene que ver con los pilotos, si no con la ingeniería. La moto va bien durante algunas vueltas luego pierde esa velocidad y termina la carrera sin aguantar. Tiene buena ciclística, buenos componentes, pero algo no termina de funcionar, lo que la hace una moto menos competitiva.
Yamaha se destaca por querer hacer una evolución gradual, paso a paso sin hacer grandes revoluciones y gracias a esa mentalidad esta temporada ha sido terrible. También ha fallado muchísimo en el software, tardaron casi dos años en contratar a un especialista en el sistema. Solo está con el equipo hace un par de carreras y la diferencia ha sido notoria.
El trabajo de Gadda parece que se va notando pero ya va quedando poco de lo que va de la temporada. Maverick Viñales cuenta que aún está tratando de encontrar el punto exacto en la moto pero que por ahora solo deben tener mucha paciencia.
Maverick Viñales ha sido muy estricto con Yamaha, solo pide que le hagan más caso para el 2019. Si bien se sabe que esta temporada ha dado todo de si, intentando comprender las modificaciones, ha dicho que no tiene una moto competitiva este año y que espera que las modificaciones lleguen para la otra temporada.
Viñales ha tenido una buena carrera, subió al podio en el tercer puesto, su M1 ha tenido un buen rendimiento, pero pide una mayor continuidad del equipo técnico. El rendimiento es disparejo y no mantiene un equilibrio total por lo que Mack aún no está conforme. «Creí que podía atracarlos, pero era imposible porque el neumático trasero resbalaba mucho» se refería así a Dovizioso y Márquez en la carrera pasada.
Maverick espera terminar esta temporada con un buen rendimiento, pero de cara al próximo año busca más de Yamaha y una notable mejora.
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