Encuentro pasado por agua el que hemos presenciado esta mañana en Montilivi, puede que lloviera demasiado, porque el Rayo se ahogó una vez más.
Los locales se adelantaron en el minuto 34 gracias a un penalti sobre el «Choco» Lozano, provocado por Gálvez después de que Amat la perdiera ante Portu, que transformó el penalti engañando a Alberto.
La primera mitad parecía abocada a su fin, cuando una buena presión del Girona provocó la pérdida de balón del conjunto madrileño y el consiguiente zapatazo de Portu que conseguía su doblete y poner tierra de por medio en el marcador. Así llegó el 2-0, gol psicológico antes del descanso, que pareció definitivo para terminar de tumbar a un descolocado Rayo.
En la segunda parte del encuentro, el guión podría presuponerse similar al de la primera mitad, pero las cosas se empezaron a torcer para el Girona cuando en el minuto 57 el goleador del partido se lesionaría. Apenas 4 minutos después se hizo el silencio en el campo cuando Gálvez consiguió empujar a gol con la cabeza un balón que quedó muerto tras una buena parada de Bono.
A partir de entonces un Rayo que parecía muerto comenzó a buscar con insistencia el empate; tarea que se volvió más complicada con el error de Michel sustituyendo justo después del gol a Raúl de Tomás, el hombre con más gol de los de Vallecas. Aún así el equipo visitante tuvo ocasiones de igualar el partido en jugadas como la de Embarba o la de Álvaro, pero el Girona supo defender el marcador e incluso pudo llegar a marcar el tercero, pero el marcador no se movió más en lo que resto de encuentro.
Es cierto que la temporada es muy larga, pero no es menos cierto que si el Rayo no mejora sustancialmente la amenaza del descenso puede convertirse en una realidad.