La penúltima carrera de la temporada 2018 se realizo en Brasil-San Paulo, una carrera un tanto insólita, trajo consigo muchas emociones, choques, sobrepasos y un Lewis Hamilton reafirmando el titulo de campeón.
Las luces daban verde y el campeón de Formula 1 salía desde la primera posición con ansias de llevarse un podio más en esta fecha. El británico consiguió posicionarse como líder en las primeras vueltas, esta no era la historia de Sebastián Vettel quién partió desde la segunda posición y tras un mano a mano con Valtteri Bottas, perdió la segunda posición. Mercedes lograba ser mucho más fuerte al comienzo de la carrera, pero la fiesta estaba por aguarse con un Max Verstappen furioso y con sed de victoria. Si bien sabemos que en los libres y la clasificación el piloto de Red Bull demostraba estar con un buen desempeño, esto preocupó a los equipos de Ferrari y Mercedes, obligando así a Bottas y a Hamilton a cambiar las llantas en tan solo 18 vueltas. Esta situación dio camino libre a Verstappen y era la nueva cabeza de la carrera. Valtteri no consiguió retomar el mismo ritmo, por otra parte Hamilton se sentía incomodo pero no se dio por vencido y siguió persistiendo.
Para el equipo Ferrari, Kimi Raikkonen sostenía una buena posición tras sobrepasar a su compañero Sebastian Vettel, quien tuvo que ceder su lugar por orden directa de Maurizio Arrivabene, ya que el monoplaza de Vettel presentaba inconvenientes que lo impedían sostener el mismo ritmo y lograr subir a un podio.
Tras la parada obligatoria de Verstappen pierde el liderato, pero no por mucho, vuelve al primer puesto en la vuelta 39 volviendo loca a la afición, ya que logra sobrepasar al campeón del mundo dejando atónitos a las escuderías rivales y al propio equipo Red Bull, dejando así en claro el nivel de rendimiento que estaban teniendo las monoplazas en San Paulo. Pero como la victoria no estaba cantada ni con una ventaja casi abismal, en la vuelta 44 el holandés, se encuentra con Esteban Ocon quien toca la rueda trasera del automóvil, tal es el impacto que saca a Max y lo descoloca de la pista. Verstappen intentando retomar el ritmo quedaba a 5 segundos del líder, junto fuerzas y logro estar a 1,4 segundos pero le faltaron vueltas y sin percatarse Hamilton ya pasaba por la bandera a cuadros.
Llegaron a los podios, por un lado se veía a Lewis Hamilton feliz y orgulloso de su rendimiento y por el otro a un Max Verstappen furioso y con ansias de comer vivo a alguien. En el tercer puesto se encontraba Ferrari con Kimi, un total Iceman como ya se lo caracteriza, tranquilo y con una sonrisa que apenas se dejaba ver, un podio más para el finlandés.
Tras subir a los podios, los tres pilotos recibían sus correspondientes trofeos y el equipo Mercedes el premio a Constructor del año, entre festejos y la clásica celebración del champagne agitándose, el joven holandés desapareció de los podios y fue a enfrentar a Ocon en los boxes, unos cuantos empujones y gritos insultantes se percibían, pero la carrera ya había culminado y este acto no cambiarían las cosas.