Empezó moviendo la bola el Zaragoza, pero poco le duraría porque rápidamente los baleares se harían con el balón. A la salida de un córner en el minuto 6 de juego, Lago Junior empujaba un balón, que era difícil de defender peor, al fondo de la portería zaragocista y así hacer el primero del partido.
Lo intentaría el Zaragoza en los minutos posteriores, pero la férrea defensa del Mallorca hacia imposible las avanzadillas mañas. En el minuto 14, llegaría la ocasión más clara del Zaragoza en las botas de Pombo, que tras un pase de Delmas, el delantero remataba rozando el palo de Parera.
Pese a jugar con 3 defensas, la inutilidad del sistema, o bien de los jugadores, permitían un centro de Aridai que, de nuevo, Lago Junior empujaba SOLO, en el área pequeña y hacia así el segundo gol de los insulares. Parecía haber un mínimo de reacción en los blanquillos, y Pombo lo intentaba con un zapatazo desde la frontal que se iba rozando el palo de Parera.
Con doble cambio en el descanso, Lucas Alcaraz buscaba un gran revulsivo en el 11. Lo intentaba el Zaragoza con la única idea que tenía, tiros desde fuera del área, pero, como todo del conjunto aragonés, sin éxito alguno. Seguía el acoso de los aragoneses y tuvo su ocasión más clara en un golpeo de Pep Biel pero el disparo se iba fuera de nuevo.
Y como quien la sigue la consigue, el recién incorporado Marc Gual, soltaba un zapatazo desde la frontal y tras rebotar en los dos palos, ponía el 1-2 y acortaba distancias en el electrónico. Minutos después del gol de Gual, Parera dejaba botar un balón en el área que aprovechaba Álvaro Vázquez, pero el árbitro entendió que el delantero entorpeció el saque del arquero y le mostró amarilla.
Seguía el acoso y derribo de los maños y en una jugada envarullada, tras un remate de Gual que despejaba Parera, Pombo la empujaba y empataba el partido a falta de 17 minutos para el final. Lo seguía intentando el Zaragoza, que con La Romareda volcada buscaba el 3-2 y estallar de júbilo, Benito soltaba un zapatazo dirigido a la escuadra pero Parera con una estirada brutal lo evitaba y mantenía las tablas.
En el descuento se cernía la preocupación sobre el estadio ya que Delmas, tras una disputa aérea, caía desplomado sobre el verde, y preocupaba a todo el estadio, pero al final pudo seguir jugando. Así pues acabo un partido de infarto en el que el Mallorca lo tuvo casi en la mano, pero el Zaragoza, que con más raza que juego, empató el partido.