El último partido de la jornada dominical en La Liga Santander se jugará con muchas incógnitas: ¿será el último partido de Calleja? ¿podrá el Real Betis conseguir la ansiada regularidad? ¿se engancharán ambos conjuntos a la pelea por Europa o tendrán miras más bajas? Una vez se juegue el partido, el abanico de posibilidades para ambos es muy distinto según el resultado.
El Villarreal, obligado a sumar de 3
Cuando se certificó el empate en Vallecas hace dos semanas, después de ir perdiendo 2-1 y habiendo desperdiciado un 0-1 favorable, mucha gente daba por segura la salida del entrenador, más aun teniendo un margen razonable para anunciar un sustituto con el parón de selecciones por medio. No obstante, la directiva amarilla se mantuvo firme en su apuesta por el técnico madrileño y le dio, presumiblemente, un partido más de margen, ya que no ganar al Real Betis sería la gota que colmaría el vaso.
Y es que no está siendo fácil esta temporada para el conjunto castellonense, puesto que otro verano más tocaba reinventar a la plantilla por parte de la dirección deportiva: jugadores importantes como Rodri Hernández, Samu Castillejo o Roberto Soriano, abandonaban el equipo; no obstante, llegaban jugadores contrastados como Funes Mori o Gerard Moreno o las jóvenes promesas Toko Ekambi o Santiago Cáseres, además del ilusionante regreso de Santi Cazorla.
Sin embargo, parece que no está siendo suficiente la aportación de estos fichajes o que se esté echando demasiado en falta a los que emigraron, debido a que los amarillos solo han sido capaces de ganar 2 partidos en las 12 jornadas jugadas, más cerca de los puestos de descenso que de los privilegiados en la tabla, combinado con unas sensaciones en todas las líneas malísimas y un juego muy pobre. Tampoco han sido balsámicos los torneos del caos, ya que pese a liderar su grupo en UEL solo ha ganado un partido y en la ida de la Copa del Rey desperdició una renta de dos goles para empatar en los juegos del Mediterráneo frente al Almería.
Así pues, todo lo que no sea una victoria puede ajusticiar al entrenador villarrealense.
Los helipolitanos, necesitados de regularidad
El Real Betis llega a tierras valencianas con la moral por las nubes, después de haber asaltado hace dos semanas el Camp Nou, con una exhibición total de fútbol y tras un mes de competición complicado, al no haber conocido la victoria en la competición doméstica.
No termina Quique Setién de dar con la tecla este año para que su equipo vuelva a enamorar, pero, sobre todo, a hilar victorias de forma consecutiva en liga, ya que en la vuelta a la UEL está invicto en un grupo complicado con el Olimpiacos y el AC Milan y avanza con paso firme a los dieciseisavos de final. Y es que después de la derrota inicial, los verdiblancos estuvieron 6 jornadas sin perder, aunque con un bagaje ofensivo muy bajo, un juego muy muy discutido y, en ocasiones, con la demanda de un fútbol más directo.
A partir de ahí llegó el punto más crítico, con 4 jornadas seguidas sin ganar (3 derrotas y 1 empate) y dónde empezaron a sonar las primeras voces que pedían un cambio por parte de su entrenador o, incluso, llevar a cabo un relevo en el banquillo para revertir la situación y poder seguir soñando con la parte alta. No ha sido solo el técnico responsable, ya que la falta de adaptación de varios fichajes, las lesiones de gente importante como Guardado o Joaquín y la falta de puntería han contribuido a cosechar resultados discretos.
Y en medio de este caos liguero, llegó una victoria balsámica frente al FC Barcelona en su feudo, siendo muy alabado además por la forma. Y es que no solo eran necesarios los 3 puntos para no descolgarse de arriba, sino que borró de un plumazo todas las críticas a los jugadores y al estilo Setién, puesto que se barrió al equipo catalán con una superioridad impropia de batirse al campeón y actual líder.
Ambos con casi todo para elegir
Ambos conjuntos están libres de lesiones, a excepción de la ya eterna de Bruno Soriano en los castellonenses; eso sí, contarán con la baja por sanción de Álvaro González, mientras los visitantes dejaron en Sevilla por decisión técnica a Sanabria y Sidnei.