El primer partido del año en Ipurúa comenzó con un Villarreal ligeramente superior a sus rivales. A los poco minutos de empezar a correr el balón, Fornals ya dispondría de una buena ocasión para abrir el marcador. Después de la dejada de Gerard Moreno con la testa, el jugador castellonense remataría a la izquierda de Riesgo. Sin embargo, el Eibar no tardaría en responder. Orellana, tras combinar con Arbilla, obligaría a Asenjo a repeler el disparo del chileno a córner. ‘Toma y daca’ de ambos equipos en los primeros compases del partido, que querían regalar una victoria a los suyos en el día de Reyes.
A medida que se difuminaba el empujón inicial, el cuadro armero se hizo con mayor control en la medular. Por su parte, el Villarreal se defendía de manera ordenada, sin dar opciones a los de Mendilíbar en ataque. Sergi Enrich, de cabeza, intentaba rematar a portería, pero la imposición de Víctor Ruíz restó efectividad al balear. Con mucho juego por bandas, el Eibar buscaba el gol, pero la falta de puntería castigó demasiado a los locales. Primero, Joan Jordán erraría un disparo desde la frontal. Poco después, Charles no estaría acertado con su remate de media chilena.
El conjunto vasco, dueño rotundo de la posesión, había encerrado al Villarreal en su área. El equipo de Luis García Plaza no era capaz de revertir la situación, sin contestación sobre el tapete de Ipurúa. No obstante, en el tramo final de la primera mitad, se apreciaría cierta mejora del submarino amarillo. Fornals, desde la frontal, probaría fortuna, pero su chut se iría demasiado alto. Con mayor dominio de los visitantes en los últimos minutos, se daba por concluida la primera parte sin goles en el luminoso.
A la vuelta del descanso, la igualdad se impuso en la dinámica del partido. La intensidad y los nervios por estrenar el casillero de goles eran notables. En esa situación, los porteros se convertirían en protagonistas. Dos grandes paradas de Asenjo y otra dos de Riesgo salvaron los muebles a ambos equipos. Especial mención merece la segunda del meta palentino, que se lució en un difícil remate picado de Ramis. A pesar de los continuos intentos de los dos conjuntos, los tantos se resistían a aparecer.
Con tanta presión sobre el campo, el esfuerzo empezaría a perjudicar a los jugadores. Ramis, tras un recorte de Gerard Moreno, caería lesionado, y entraría Paulo Oliveira para suplantarle. El encuentro necesitaba más frescura. Para revitalizar el ataque y el mediocentro, Mendilíbar sustituiría a Kike García por Charles, mientras que en el Villarreal, se daría entrada a Manu Trigueros por Javi Fuego, con molestias musculares. El cronómetro seguía contando y cada vez quedaba menos para llegar al desenlace.
Muchas imprecisiones en los metros finales que siempre impedían la culminación de los jugadas. El medio del campo estaba totalmente roto, sin control alguno. En los compases finales, el choque se convertiría en una auténtica batalla campal. El gol ocupaba completamente la mente de los protagonistas. Bacca se quedaría a las puertas de lograrlo. También Escalante, que vio cómo Funes Mori tapaba su disparo sobre la línea. Un desenlace trepidante, con muchas ocasiones, que dejó sin el regalo del gol al público postrado en las gradas de Ipurúa.
Twitter: @jorgegcuesta