Salir de tu zona de comfort suele ser difícil. En el fútbol y en el Mallorca también. El conjunto dirigido por Vicente Moreno muestra dos caras muy diferenciadas, emulador al Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Los bermellones se muestran muy sólidos en casa y dejando actuaciones de mucho mérito, pero cuando salen de Son Moix se convierten un un equipo frágil en defensa, que comete errores en la salida de la pelota y no encuentra profundidad en el ataque.
Tras once salidas, los bermellones únicamente han logrado dos victorias y cuatro empates, el resto derrotas. Este balance ha hecho que el Mallorca solo sume 10 puntos en sus visitas a campos rivales. Además, el problema se ha acentuado en las últimas 3 salidas. Sporting (1-0), Almería (2-0) y por último OsasunaV(2-0) han sido capaces de ser muy superiores a los barralets. Anteriormente, si que se daba sensación de consistencia fuera de casa, almenos el equipo competía y dejaba minutos de buen juego, como en Zaragoza (2-2).
Incomprensiblemente, tras el partido en tierras mañas el equipo ha dado un bajón muy marcado fuera de casa. El equipo ha dejado de competir en sus salidas y solo se acumulan derrotas. Es cierto que visitar El Sadar nunca es fácil y el Osasuna es el mejor local de la categoría, pero la imagen del equipo es deficiente, no como a principio de temporada.
Los jugadores bermellones no saben actuar delante de una presión alta y las pérdidas cerca del área se acumulan y eso genera que el rival encuentre espacios que con el equipo bien plantado no encuentra. En Son Moix el Mallorca no tiene ese problema ya que los equipos no salen a la presión y se llega rápido a campo contrario.Tras reflexionar sobre las carencias del Mallorca en sus visitas y analizando jugador por jugador una de las soluciones podría ser un cambio de sistema del 4-2-3-1/ 4-3-3 al 3-5-2.
Vicente Moreno cuenta con jugadores con recorrido por las bandas. Con esta formación puede acumular gente por el centro para tener más control y además fijar a los pivotes rivales y que no puedan ayudar a los centrales en labores defensivas. Por otro lado, con dos puntas (mejor que Álex solo) además de tener más pólvora se consigue fijar a los centrales y que no puedan salir de zona. Así poder crear peligro por las bandas con la subida de carrileros, probar el uno contra uno o generar superioridad con uno del centro del campo.
El 3-5-2 es una formación que exige mucho desgaste para los carrileros, pero fuera de casa no hay necesidad de llevar el peso del partido por lo que no se ven tan exigidos físicamente. Hay jugadores que cumplen los requisitos para pasar a esta formación y con bastantes posibilidades de poder funcionar.