Dos equipos inmersos en plena lucha, cada uno por sus objetivos, muy distintos entre ellos. Los locales colocados en plena batalla por la supervivencia en primera. Colocados en la 19ª posición y con la esperanza de no perder el grupo que lucha por la salvación. Los visitantes, tras vencer a Sevilla y Real Madrid, plenamente metidos en la lucha por la plaza Champions que no ocupa uno de los tres transatlánticos españoles. La derrota implicaría un frenazo, la victoria, la posibilidad de seguir soñando.
Saber aprovechar los errores del rival
Dos estilos completamente contrapuestos. La posesión y control de balón de Paco Jémez frente a la velocidad y verticalidad a la espalda de la defensa del Valencia. El cuadro de Marcelino se siente muy cómodo sin balón, de hecho, a los 10 minutos ya había tenido dos claras ocasiones Ferrán Torres, a la espalda de la defensa, para adelantar a los visitantes. Otra tuvo Embarba, tras error de Parejo, para adelantar al cuadro rayista.
El partido se fue tranquilizando, el Rayo comenzó a dominar el juego y el Valencia buscando jugadas en largo. En una de ellas, el balón le llegaría a Ferrán, tocaría para Rodrigo y, este, caería al suelo desequilibrado. Penalti. Sin embargo, Alberto detuvo la pena máxima a Parejo. Continuaba el empate en Vallecas.
Quien perdona, la acaba pagando. Grave error de Diakhaby, que es otro jugador si no le acompaña Garay, recuperación del Rayo, centro raso al segundo palo y remate, completamente solo de Raúl de Tomás, quien adelantaría a los de Jémez. El Rayo no perdonaría los errores del rival y se pondría por delante a la media hora.
Lección de humildad
En la segunda mitad, el Valencia cogió la posesión y el dominio del encuentro, tratando de ir al ataque y buscar la remontada. Sin embargo, el Rayo no sufría nada e, incluso, tenía sus ocasiones de lanzarse al ataque. Además, Marcelino demostró con sus cambios que pensaba más en el encuentro de Europa League del jueves que en el propio Rayo.
Poco y menos ocurrió en esta segunda parte. Solo un mano a mano de Parejo que sacó Alberto. El Valencia lo intentaba pero el Rayo estaría muy serio en defensa y no concedió ocasión alguna. Presión arriba de los de Paco Jémez que provocó que el Valencia no se acercara prácticamente a Alberto. En el 90 llegó la sentencia. Un testarazo de Mario Suárez a la salida de un córner cerraría un fantástico encuentro del cuadro rayista.
Finalmente, el rayo se llevó la victoria de manera muy merecida. El único equipo que reflejaba en el campo que se estaban jugando la vida y que querían ganar. El Valencia salió pensando en el Villarreal y que podían vencer con facilidad y el Rayo les demostró que si en esta liga quieres ganar, tienes que ganártelo. Y el Rayo lo hizo.