Dos equipos, un sueño. Continuar con el legado intratable y lograr la quinta Copa del Rey consecutiva o conseguir tocar metal 11 años después. La ilusión amenazaba al trono. Valencia y Barcelona se matarían por levantar el último título para ambos de la temporada. En la grada, el primer punto se lo llevó Mestalla por goleada, pero a esto se juega en el césped y con un balón de por medio.
Creer es poder
El guion del encuentro era inamovible. La posesión frente a la velocidad al contragolpe. El Valencia trataría de aprovchar los errores del cuadro culé para hacer daño a los espacios. Y en el 4′ se vería. Error garrafal de Lenglet que dejó solo a Rodrigo frente a Cillessen, regateó y lanzó, pero Piqué sacó bajo palos. Sin embargo, el dominio era claro del Barcelona y poco a poco se iban acercando más y más a la portería de Jaume. Pero la fe mueve montañas.
El Valencia estaba siendo dominado, pero los de Marcelino se sienten como pez en el agua. Y al contragolpe, al mejor estilo Valencia, tras un gran pase de Gayà, Gameiro fusilaba a quemarropa a Cillessen. Minuto 22 y el Valencia se adelantaba en el marcador. Pero no iba a ser suficiente para los blanquinegros. Carlos Soler venció en carrera a un velocista como Jordi Alba y puso un centro tenso al segundo palo, donde apareció la cabeza de Rodrigo para poner tierra de por medio. 0-2, la afición se encendía como nunca y el Barcelona, grogui e incapaz de crear peligro con un Messi que tenía compañeros, pero no socios.
A 45 minutos de la gloria
Esto no estaba ni mucho menos dicho. Tras la salida de vestuarios, ambos conjuntos tuvieron ocasiones; Guedes por un lado y Messi por el contrario. La salida de Malcom aportó la frescura y el desequilibrio que les faltaba a los locales. Muy incisivo el brasileño por la derecha. El Barcelona las tenía; Messi al palo y, en el rechace, Vidal arriba. El Barcelona creía en la remontada, pero el Valencia, a la contra, podía sentenciar la final.
El tiempo pasaba y el Barcelona no era capaz de marcar el primero y recortar distancias. Además, el cuerpo de Dani Parejo decía basta en el partido 57 de su temporada y tenía que ser sustituido por Kondogbia. Físico a cambio de calidad y control. Quedaban 18 minutos y, con Messi en el campo, nada estaba decidido. De hecho, en el saque de un córner, tras una gran parada de Jaume, el argentino empujaba a placer. 1-2, los culés se venían arriba y todo por decidir.
Si no sufres, no eres el Valencia
A partir de entonces, el acoso del Barcelona se convirtió en asedio total. El balón no le duraba al Valencia más de 10 segundos y los ataques eran constantes a un Valencia que se defendía como podía. Además, Marcelino sacaba más hombres defensivos. Entraba Diakhaby por Rodrigo. A defender lo máximo posible. Quedaban 3 más el descuento.
Ataques y más ataques del Barcelona sin éxito. Guedes, a la contra, pudo sentenciar hasta 3 veces, una incluso sin portero, pero si no acabas sufriendo, no puedes ser del Valencia. Colofón final a la temporada del Centenario, un broche de oro a una temporada épica, que pasará a la historia para todos los valencianistas. Campeones de la Copa de SM el Rey 2019!