El primer partido de la temporada en casa supuso la presentación del nuevo cuadro gijonés para su parroquia. Un debut cargado de sentimiento. Con la vuelta de Javi Fuego, Manu García y Borja López y con el sentido minuto de silencio por todos los sportinguistas que no podrán disfrutar de más fútbol en su casa.
El partido fue un calco de lo sucedido una semana antes en Girona, pero con el añadido de que esta vez el rival a batir era también el arbitraje. Desde muy pronto Vicandi Garrido dejó claro que el listón de las faltas era bajo y cualquier disputa era susceptible de ser falta. Mas allá de la absurda e inventada expulsión de Nacho Méndez, que será efectiva por la mezquina redacción del colegiado para evitar cualquier recurso, el problema fue lo que supuso para el plan de partido local.
De nuevo el Sporting salió a dejar tener el balón al Rayo de Paco Jémez. Un equipo que se expone y arriesga ya que tiene muchos futbolistas con un magnífico trato de balón. El Sporting esperaba algo aculado con la idea de dejar salir al Rayo y ahogarle en el mediocampo para poder correr con espacios.
Habrá seguidores que no estén de acuerdo con la idea y que no les guste, ya que para muchos será dejarse dominar. Pero eso no es del todo cierto. Este Sporting es diferente al de la temporada pasada. Es un equipo con carácter, raza y orgullo. Que se ha superado a sí mismo aun con un jugador menos, para seguir trabajando, corriendo y destilando ganas de ganar.
Porque eso es lo más reseñable del partido. Que el Sporting parece haberse recuperado mentalmente tras un año muy malo. El Sporting de Jose Alberto López es un equipo fuerte mentalmente, bien trabajado defensivamente y con hambre. Sabe a lo que quiere jugar y cómo hacerlo. Aunque cierto es que le esta costando generar peligro. Que le cuesta hacer posesiones largas y mandar desde el balón. Y también que falta desborde.
Menos de una semana para la llegada de un ansiado extremo
A falta de seis días para que se cierre el mercado el Sporting sigue necesitando un extremo izquierdo peligroso, que sume calidad mas allá del indudable pundonor de un Pablo Pérez que suda sportinguismo y que parece haberse reconciliado con parte de la afición.
El Albacete vendrá en una semana a Gijón y será un gran test para saber donde se sitúa el nuevo Sporting, ya que es otro gran candidato al play-off. Eso sí, para juzgarlo con justicia, sería necesario ver un once contra once si los colegiados y el esperpento al que llaman VAR, pero que nada tiene que ver con el VAR de otras ligas, le dejan.