El UD Ibiza consiguió la victoria a domicilio ante un rival, en teoría, directo por sus aspiraciones, el Sanse. La ilusión de los aficionados sanseros con la vuelta al Matapiñonera se vio oscurecida por el partido de su equipo. El Ibiza se impuso en todos los aspectos del campo, hasta en intensidad, al menos los primeros 60 minutos de partido.
Con el pitido inicial ya se presumió de como sería la primera parte. El Ibiza se tiró a presionar al Sanse en la primera jugada del partido y seguiría con esa tónica hasta el descanso. Los chicos de Alfaro dominaban el partido con una posesión vertical donde los jugadores de talento triangulaban con calidad. Javi Lara era el referente de ese juego en el conjunto visitante, jugaba y hacía jugar a los suyos. Durante los primeros quince minutos el equipo local sólo lograba achicar balones sin poder conectar con sus jugadores de ataque. Pasados los primeros veinte minutos el Sanse reaccionó y el partido se equilibró sin tener un dueño claro. Sin embargo, las ocasiones seguían siendo de los baleares con tres jugadas claras de gol en las que siempre estaba presente Javi Lara. Por parte del Sanse, una única llegada de claro peligro que terminó en un saque de esquina forzado por Emaná. Iván Bueno decidió echarse a la espalda al conjunto sansero y sus incursiones por banda fueron una pesadilla para la zaga ibicenca. El encuentro estaba ya claramente igualado con un Sanse más entonado. En ese momento, cuando todo parecía indicar que se llegaría al descanso con un empate sin goles en el marcador, una falta al borde del área a favor del Ibiza desequilibró el choque. El, probablemente, mejor jugador del primer tiempo, Javi Lara, ejecutó el lanzamiento con un tiro colocado, sutil y exquisito que su excompañero en el Eibar, Xabi Irureta, no pudo alcanzar y únicamente pudo mirar como el esférico se colaba por su escuadra izquierda. Tras el gol, el Sanse intentó reaccionar antes del descanso, pero no quedaba tiempo. De este modo, se llegó a la media parte, con un Ibiza superior que supo aprovechar su oportunidad cuando más igualado estaba todo.
Tras el descanso, el Sanse que quería ir a por el empate, tuvo que soportar un enorme jarro de agua fría. Los jugadores de Pablo Alfaro, no salieron a defender el resultado, si no que querían más. Así, en el primer minuto de la segunda parte, los visitantes sorprendieron al conjunto franjirrojo con un gol que mataba sus energías y sus aspiraciones de remontada. Aún así, los locales no se rindieron y lo intentaron hasta el final. Pasados diez minutos del segundo gol, Emaná e Iñigo López fueron sustituidos para ir al ataque. Emaná, que vino como gran fichaje del Sanse, no estuvo cómodo y no supo exprimir su potencial, incluso recibió algunos leves pitos por parte de su afición. Los cambios refrescaron al equipo, que lo intentaba sin acierto y sin claro peligro. Mientras tanto, el Ibiza, que siempre tuvo más intensidad y más ingenio táctico en el partido, hacía lo que el partido requería, aguantar y esperar oportunidades bien colocados. Así, aguantaba la posesión con pases horizontales para protegerse o salía a la contra generando un gran peligro en la meta de Irureta. El portero vasco, tuvo que intervenir en un uno contra uno que tapó a la perfección. Lo que no pudo parar, fue la sentencia para un Sanse que se vino arriba y en una de las mencionadas contras del equipo isleño cometieron un penalti que sentenció el partido con un 0-3 que sería definitivo. Rodado fue el encargado de transformarlo, con sangre fría, engañó a Irureta con un lanzamiento por la derecha del arquero.
El encuentro entre estas dos escuadras acabó confirmando el buen hacer y el buen proyecto de Pablo Alfaro con el Ibiza y mientras que en el bando rival se siembra la duda sobre las aspiraciones de los madrileños. La semana que viene, el Ibiza querrá confirmar su racha de buenos resultados en casa mientras que la UD Sanse tratará de revertir sus negativos resultados.