Estar en el inicio del campeonato, no exime de tener urgencias. En Mendizorroza, se medían dos conjuntos que ya necesitan sumar como el beber. Alavés y Mallorca se enfrentaban en un momento delicado y que podía definir el transcurso de un año que ha iniciado de una manera un poco abrupta para ambos.
La presión de estos partidos se hizo dominadora de los jugadores dejando así pocas cosas que destacar. Dentro de la igualdad, el Mallorca se movió un poco mejor que su rival. Budimir avisaba de que el partido se decidiría en detalles. Un chut del balcánico desde el balcón del área, se estrellaba contra la madera.
Con el juego posicional de ambos, el partido entraba en letargo. Los dos equipos se mantenían replegados y teniendo posesiones lentas y sin mordiente.
La segunda parte se inició con más ritmo. El Alavés avanzó su línea de presión y el Mallorca intentó imprimir más ritmo a sus transiciones ofensivas. Sin embargo, el escenario del partido no llegó a cambiar. Ambos equipos naufragaban en las áreas rivales.
El partido se revolucionó a partir del penalti de Lago Junior sobre Tomás Pina. El VAR revisaba la acción y Del Cerro Grande concedía la pena máxima a favor del Deportivo Alavés. Lucas Pérez decidía lanzar el penalti y convertirlo. Con el 1-0 el Mallorca se desarboló totalmente y los vitorianos aprovecharon el despropósito balear. Joselu ponía tierra de por medio en el minuto 88′ aprovechando una contra de libro.
Tres puntos de oro para el conjunto vasco que deja muy tocado al equipo de Vicente Moreno que se quedan con cuatro puntos antes de recibir al Espanyol en otro duelo de necesidad.