No está siendo el mejor regreso del RCD Mallorca a LaLiga Santander. En puestos de descenso tras siete jornadas con cuatro puntos, el cuadro bermellón está atravesando su primera gran crisis de la temporada. Lejos queda ya la alegría de aquel triunfo frente al Eibar el 17 de agosto en el retorno balear a la máxima categoría seis años después.
Porque, desde entonces, mucho han cambiado las cosas. Aquel dulce debut ha empezado a dar paso a situaciones mucho más amargas y de pesadilla. No ha vuelto a ganar y solo han sumado un punto de los últimos dieciocho. Pero lo más preocupante es que las aguas bajan revueltas dentro del equipo. No porque la continuidad de Vicente Moreno peligre ni mucho menos. Sino porque dentro del equipo creen que el Mallorca se ha convertido en algo así como el ‘saco de golpes’ de todos en LaLiga Santander.
Seis penaltis señalados en contra en siete partidos ya han hecho al técnico elevar la voz: «Sentimos mucha impotencia. Lago me dice que no lo toca, que está muy seguro de ello. Son seis penaltis en siete partidos aunque uno te lo quita el VAR, pero te lo pitan». A esta escalofriante hecho de tantos penaltis señalados en contra hay que unir el punto de mira mal calibrado. Y es que la de penaltis en contra no es la única estadística que lidera el Mallorca. También lo hace en tiros a la madera, con un total de seis.
Todo esto hace que el partido del domingo frente al RCD Espanyol en Son Moix, que llegará en problemas similares y además tras un larguísimo viaje a Rusia en competición europea, tenga ya tintes de final. Todo lo que no sea una victoria sería un palo muy grueso ya directamente a los engranajes del cuadro bermellón.