Los nervios sobrevolaban Son Moix a primera hora de la mañana. Mallorca y Espanyol se medían en un encuentro con necesidades para ambos. El descenso era la losa que los dos equipos llevaban a la espalda antes del partido y salir de él con una victoria la liberación para los dos entrenadores.
La tensión fue la tónica inicial del partido. Al Mallorca le costaba salir desde atrás ante un Espanyol bien colocado, pero impreciso a la hora de llevar el peso de la posesión. Vicente Moreno relegó a Kubo al banquillo para primar la velocidad por bandas. Los bermellones sin profundidad, no llegaban a generar el peligro suficiente.
En los últimos minutos, Ante Budimir aprovechó una cabalgada de Joan Sastre por la banda y remató con la barriga un centro preciso del lateral de Porreres. A partir del 1-0, el Mallorca se creció y encerró al Espanyol a su área.
Los pericos avanzaron líneas en el comienzo de la segunda parte, pero no llegó a generar el peligro suficiente sobre la meta de Manolo Reina. El Mallorca reaccionó al arreón inicial del Espanyol, pero con mismo resultado que los catalanes. Campuzano tuvo el empate en un rebote, pero Reina evitó el gol del canterano perico.
Campuzano puso el miedo en el cuerpo, pero Raíllo mandó el disparo a córner. Sin embargo, el Mallorca respondió de la mejor manera posible. Salva Sevilla recogió un mal rechace de Lluís López lo mandó a la red con una excelsa volea. Imposible para un Diego López que volvía a recoger la pelota de la red.
El Mallorca vuelve a vencer tras siete jornadas sin hacerlo y coge aire antes del parón. El Espanyol, por su parte, vuelve a caer en Liga tras ganar en Europa League ante el CSKA. Los bermellones reflotan mientras hunden un poco más a los pericos.