Si hay algo habitual en Diego Pablo Simeone es que cuando el equipo decepcione va a asumir la total responsabilidad. Algo que ya dijo hace años aprendió de una leyenda colchonera como Luis Aragonés, que solía decir que de mí digan lo que quieran, pero de mis jugadores ni una coma. Asumidas por el argentino las consecuencias del malísimo partido en Leverkusen que, ha complicado al máximo las opciones de ser primero de grupo, ahora se busca una reacción en liga.
Llega el Espanyol, henchido tras golear en Europa League y muy necesitado en liga. Los de Pablo Machín no pueden regalar nada en ningún partido y buscarán sacar los tres puntos del Wanda Metropolitano. Pero el Atlético no puede permitírselo si quiere seguir enganchado a una zona alta en la que la igualdad por ahora es máxima. Así Simeone podría hacer una pequeña revolución en el once dentro de lo que puede hacer, ya que sigue teniendo la enfermería bastante copada con Giménez, Savic y Joao Félix.
Serían un total de cinco cambios en un once del que no se moverían Oblak bajo palos, ni Felipe y Mario Hermoso del centro de la defensa. Pero sí variarían los laterales. Trippier recuperaría el sitio en el diestro, mientras que Lodi se caería del izquierdo. El brasileño lleva partidos por debajo de su nivel y Simeone volverá a tirar de Saúl Ñiguez para ocupar ese puesto. Su lugar en el centro del campo sería para Héctor Herrera. El mexicano acompañaría a Koke y Thomas. Además Vitolo entraría por Lemar, mientras que Diego Costa también se caería para que Correa y Morata hagan de hombres más adelantados.