Empezaba la acción en el Metropolitano con los himnos interpretados por la Orquesta Oficial de la Guardia Civil, cuerpo que cumplía su 175º aniversario, por ello la Real Federación Española de Fútbol lo homenajeaba.
Se echaba el balón a rodar sobre el verde, sacaba una Rumanía que sólo aspira a la repesca, España estaba obligada a ganar para ser cabeza de serie en la Euro 2020.
Con largas posesiones, un tímido disparo de Saúl desde la frontal y un gol anulado a Gayá por cometer salta sobre el defensor rumano se presentaba la selección de un Robert Moreno con la continuidad en el aire.
Las ocasiones eran para La Roja, Cazorla, con un recorte de tacón en la frontal y un posterior disparo, envió el balón al larguero.
En el ocho llegaba el gol, Carvajal remataba de volea, Tatarusanu paraba y dejaba el balón muerto en el área pequeña, esférico que golpeó Fabián para enviar, con el interior, el balón al fondo de la red.
Poco después, Puscas se quedaría mano a mano ante un inmenso Kepa, que ganaría el duelo despejando el tiro a córner. Los locales se gustaban, a pesar de no estar lleno se respiraba un gran ambiente en la capital española.
España mantenía el balón, llegaba a tres cuartos y ralentizaba el juego, hasta que la selección de Cosmin Contra robaba y La Roja presionaba en bloque alto, lo que impedía cualquier tipo de participación ofensiva del bando rumano.
Llegaba el segundo para España en el treinta y dos, Cazorla centraba con la zurda, buscando y encontrando la cabeza de un anticipado Gerard Moreno, que con un sensacional testarazo mandaba el balón al fondo de la portería.
Cazorla brillaba con luz propia, estaba haciendo un partido espectacular, fuera de serie, era el artífice del gran dinamismo de su equipo.
España marcaba el tercero, Gayá centraba y Gerard Moreno recibía, controlaba con el pecho y lanzaría para anotar su segundo tanto de la noche. Dos jugadas después Gerard volvería a ser el protagonista al centrar un balón que golpearía en Rus para marcar el cuarto gol, esta vez en propia puerta. Se llegaba al descanso.
Se retomaba el juego y el guion era el mismo, España clara dominadora. Por un desbarajuste defensivo Rus se encontraría ante Kepa y cuando se dispuso a disparar llegó Carvajal, que le robó la cartera. Se comenzaban a realizar los cambios, pero nada cambiaba sobre el verde, a Rumanía le duraba un abrir y cerrar de ojos e balón, no lograban formar su juego gracias a la increíble presión de la selección local, que no concedía fallos y continuaba dando un recital de buen fútbol ante su público.
El partido llegó a un punto en el que no se veían ocasiones clarividentes de gol, La Roja seguía moviendo el balón de lado a lado y la selección rumana intentaba montar contragolpes sin éxito, el encuentro descendía en lo que a ritmo se refiere y ambos conjuntos parecían dar por bueno el resultado. Al tocar el minuto ochenta, los aficionados comenzaban a vaciar las gradas de un Metropolitano que se había enfriado en el segundo tiempo.
La tendría Saúl con una volea en la frontal, pero su disparo se marchó desviado.
En la última del partido marcaría Oyarzabal, desde la frontal, con un disparo colocado al poste, inalcanzable para cualquier guardameta. El encuentro llegaba a su fin, España es cabeza de serie y jugará en San Mamés los tres partidos de fase de grupos.