Oviedo y Sporting han tenido un fin de semana digamos positivo. Para el cuadro carbayón lo ha sido sin duda al reencontrarse con la victoria en un encuentro en el quien menos y menos graves errores cometió, se llevó el triunfo. Los de Javi Rozada salen del descenso gracias a también a resultados favorables de terceros. Unos puestos de los que el Sporting sigue a ‘tiro de piedra’. Han ganado una posición con el empate en Anduva y José Alberto López una bala más. Pero aunque las sensaciones fueron positivas, el resultado final vuelve a lastrar y a empañarlo todo.
Mejoría sin resultados bajo el diluvio
- Dos puntos que se van y no vuelven: El Sporting realizó un notable partido en Anduva, pero se dejó dos puntos que mereció a todas luces. Dadas las circunstancias actuales está claro que el resultado es muy malo aunque el cuadro gijonés -que estrenó su tercera equipación blanca y gris- mostrase una buena imagen y un notable rendimiento en un maltrecho césped de Anduva. Maltratados también volvieron los aproximadamente 1.000 sportinguistas en las gradas. La ‘mejor liga del mundo’ vuelve a consentir que un estadio se maltrate y se trate con desdén y muy poca vergüenza a la afición visitante. Es algo que un club humilde y ejemplar como el Mirandés debe instar a corregir especialmente a sus cuerpos de seguridad privada.
- Por la misma historia de siempre: Pero, volviendo al fútbol, se dejan dos puntos por una alarmante falta de gol. Se crean ocasiones muy claras, varias, pero no se materializan. Cuando el guardameta rival no saca dos grandes paradas como las del ex-oviedista Limones, es la falta de acierto en el remate lo que penaliza. Algo que eleve la cifra de minutos del Sporting sin anotar un gol a los 387 minutos. Una cifra preocupante, ya no solo para sus delanteros, sino para todo el equipo.
- Los tres centrales han venido para quedarse: Otra de las conclusiones que quedan claras de la visita a Miranda de Ebro es que el sistema de tres centrales convence en el equipo. Por tercera semana consecutiva se optó por esa línea; y por segunda consecutiva se optó por un dibujo 3-4-1-2. No importaron las cinco bajas, más Carmona que no estaba al 100%. El técnico rojiblanco no varió el esquema. Colocó a Molinero como central, a Traver como carrilero e hizo debutar como titular a Gragera y todo funcionó bastante bien, aunque algunos notaron la falta de rodaje en ciertas fases. El canterano, por cierto, hizo un partido brillante y que debe suponer la continuidad en el primer equipo la próxima jornada.
- Otra ‘vida extra’ más en el banquillo: El empate y la buena imagen han sido suficientes para que no haya destitución esta jornada. José Alberto López se sentará el próximo sábado en El Molinón-Enrique Castro-Quini frente a la Ponferradina en un partido en el que todo lo que no sea ganar ya no sirve. Ya no importa la imagen y sí el resultado de un equipo muy carente de victorias. O al menos a priori, pues los caminos de los Consejo de Administración rojiblanco son inescrutables.
Nieto levanta al Oviedo
- El Oviedo abandona el descenso. El fin de semana del Real Oviedo ha sido perfecto. Si hace apenas una semana el equipo no lograba entender lo sucedido en Las Palmas, en esta puede festejar que estará fuera de los puestos de descenso. Unas posiciones que abandona tras el vital triunfo ante el Rayo, ahora mismo rival directo, y una serie de resultados que parecen haber jugado a favor de los azules. El último, el del Extremadura, que cayó ante Las Palmas. Ahora, los azules visitan un campo maldito en el que esperan cambiar su suerte. Alcorcón ya espera al Oviedo.
- Juanjo Nieto. Fue el mejor del partido. La clave de un Oviedo que se mostró muy plano en ataque a lo largo del encuentro. El lateral dio profundidad, desborde y sorprendió varias veces a la zaga madrileña llegando desde atrás en jugada larga. Marcó un gol nada más empezar. Como un auténtico atacante. Recibió, recortó y para adentro. En el segundo, gracias a ese factor sorpresa, logró penetrar en el área y forzar un penalti que a la postre significó un triunfo final. Su aventura como carbayón no empezó bien, pero está claro que Nieto ya es uno de los fijos para Rozada.
- Ganó quien menos erró. El Carlos Tartiere acogía un encuentro entre dos equipos que han cometido diversos errores impropios de la categoría en estos tres meses de campeonato. Y ayer no iba a ser diferente. Antes del primer minuto de encuentro, un desbarajuste de la zaga madrileña propició el primer tanto oviedista. En la jugada siguiente, tras otro error defensivo, Sangalli pudo hacer el segundo. Y con el Oviedo ganando, Bárcenas perdió un balón en una zona muy comprometida y Arribas cometió un grave error dentro del área, dejando el balón a placer de Embarba, que lo empujaba a la red. Ya en el tramo final, otro fallo en la zaga rayista provocó que Ortuño, desde los once metros, cerrase el partido.
- El regreso de una identidad. El Real Oviedo llevaba varias jornadas lejos de ser aquel equipo que Rozada diseñó durante sus primeras semanas al frente de la nave del primer equipo. Una identidad que recuperó ante el Rayo Vallecano. El cuadro asturiano volvió a ser práctico con el balón, apretó bien y ordenado y, aunque cometió un error muy grave atrás, supo levantarse y llevarse el encuentro. Quizás le falte un poco para volver a ser el Oviedo de hace mes y medio, pero los azules, en la tarde del domingo, volvieron a acercarse a lo que pide Rozada.