Ya dice la ley no escrita en el fútbol que para entrar primero hay que dejar salir. Esto es algo que todos los mercados de fichajes ocurre en muchos equipos y este próximo de invierno el Celta no será menos. Óscar García sabe que sus refuerzos, necesarios, para ayudar a reflotar al Celta y salvarlo del descenso, no llegarán inmediatamente. Primero será trabajo de Felipe Miñambres, director deportivo de la entidad, lograr las salidas pertinentes en el club olívico.
Dos nombres son muy claros para abandonar el club, si bien en distintas situaciones: Beauvue y Juan Hernández. El de Guadalupe ya se le buscó una salida en verano, tuvo propuestas de LaLiga SmartBank -conocidas fueron las del Tenerife y el Girona- pero el jugador insistió en buscar hacerse un sitio tras la cesión de la anterior temporada en el Caen. No ha podido cambiar su rol y además ha estado lastrado por una lesión. Su salida, previsiblemente con la carta de libertad bajo el brazo, se da por segura y el jugador conserva cartel tanto en Francia como en la categoría de plata.

La situación de Juan Hernández es diferente. El jugador sufrió una grave lesión hace algo más de un año, tras una cesión al Cádiz. Este verano el Lugo mostró un gran interés y la operación tenía la aprobación de todas las partes, pero una recaída de la lesión le ha tenido fuera hasta hace unas semanas. Ahora ya totalmente recuperado busca obtener el tono físico para poder volver a jugar. Al extremo derecho lorquí se le buscará una cesión en la categoría de plata. Queda por ver si el Lugo vuelve a mostrarse interesado o hay nuevos pretendientes por un jugador que no disputa minutos de competición desde hace 15 meses.
El Galatasaray sopesa seriamente cancelar la cesión de Emre Mor
Otro al que el Celta podría tener que buscar destino para poder disponer de más espacio para incorporar a otros jugadores sería Emre Mor. El extremo, con contrato con la entidad viguesa hasta 2022, está cedido en el Galatasaray, pero su bajo rendimiento ha terminado hartando hasta a su máximo valedor, Fatih Terim, de forma que el club de Estambul sopesa seriamente el cancelar la cesión y que vuelva a Vigo.

Aunque al hacer eso se presume habrá una penalización favorable al Celta, realmente al club le supone un problema más. Pues sería un tercer jugador al que tendría que buscar un nuevo destino salvo que Óscar García decida quedárselo para que ayude a revertir la situación. Cualquiera de las dos soluciones presenta riesgos y problemas de difícil solución.