Partido muy complicado para dos equipos en horas bajas. Los locales, que habían conseguido un empate tras cuatro derrotas conscutivas, consiguen respirar y evitar los puestos de descenso. Los granadinos siguen con su racha irregular tras unas primeras ocho jornadas de ensueño.
La necesidad de los tres puntos para ambos equipos pudo verse desde los primeros minutos. Los dos al ataque en busca de un gol para llevar la iniciativa del partido. El Granada merodeaba por el área de Dmitrovic y avisaba al portero serbio con un cabezazo de Carlos Fernández a los cinco minutos de partido, pero su remate se marchó fuera.
La respuesta armera no se hizo esperar y fue Escalante el que cabecease un balón que no entró en la meta de Rui Silva por muy poco. Las ocasiones se repartían en las dos áreas pero fueron los de Mendilíbar los que estrenaron el marcador. Buena combinación del Eibar que terminó en un remate a botepronto del delantero balear.
No habían encajado todavía los granadinistas el primer golpe cuando llegó el segundo. Kike García sería en esta ocasión el artífice del gol al cruzar un balón al meta rojiblanco para aumentar la distancia en el marcador ante un Granada que veía como el partido se le había ido de las manos en solo cinco minutos.
A partir del segundo tanto, el partido se declinó para los locales. Rui Silva tuvo que intervenir en un par de ocasiones para repeler varios disparos de los armeros, que querían finiquitar el partido antes de la llegada del descanso. Mención especial a Inui, que junto con los atacantes azulgranas fueron los más destacados de la primera parte. Una jugada magistral del japonés pudo ser el detonante del tercero, pero el remate final de Oliveira fue enviado a saque de esquina.
El vendaval vasco seguía en la segunda parte. Sergi Enrich tuvo hasta dos ocasiones en los primeros cinco minutos, mientras que el Granada no hacía nada por intentar revertir la situación. Fue por ello por lo que Diego Martínez decidió agitar el partido y dar entrada a dos atacantes: Ramos y Machís. El primero, que entró por Neva, un defensa, para cambiar el sistema y así fabricar ocasiones para una posible remontada.
Los andaluces sumaban cuatro atacantes pero no lograban intimidar a un Dmitrovic que no tuvo gran trabajo en el transcurso del partido. La mayor ocasión fue para Darwin Machís. El venezolano estrelló el balón contra la madera tras una buena jugada individual. Tres minutos volvieron los rojiblancos (hoy de blanco) a estrellar otro balón al palo. Sin embargo, fue Inui el que dinamitó el partido a falta de tres minutos. El jugador japonés, que hizo un partido notable, cerró su gran partido con el tercer tanto para los vascos.
Victoria moral para un Eibar que se encontraba en la cuerda floja tras una racha nefasta de cinco partidos con cuatro derrotas consecutivas y pone en duda a un Granada que había comenzado con una dinámica espectacular, creando en la parroquia del Nuevo Los Cármenes unas expectativas mucho más altas que los objetivos que se marcaron a principio de temporada.