Gimnàstic de Tarragona y Real Zaragoza se enfrentaban en el Nou Estadi en un partido correspondiente a la Segunda Eliminatoria de la Copa del Rey. Los locales, inmersos en la zona de descenso de Segunda División B, veían el enfrentamiento como una oportunidad de probar nuevos sistemas, mientras que los visitantes afrontaban el encuentro en medio de un apretado calendario.
El partido empezó vibrante. 15 segundos después del pitido inicial, el Nàstic consiguió el primer córner del partido. No pudo sacar provecho de la ocasión, pero ya se había acercado a la portería maña. Menos de dos minutos después, Thomas Amang remató de forma impecable un centro lanzado desde la izquierda. Su cabezazo, sin embargo, salió lamiendo el larguero mientras el público comenzaba a cantar gol. El equipo de Toni Seligrat tenía hambre de victoria.
La suerte le da la espalda al Nàstic
El Nàstic quería comerse el mundo, pero la fortuna no le sonrió. En el minuto 6 de partido, el Real Zaragoza sacó una falta con una jugada de estrategia. Juan Rodríguez intentó despejar el centro de Javi Ros con la mala suerte que su testarazo sorprendió a Bernabé Barragán. El Real Zaragoza se adelantaba en el marcador con un gol en propia puerta.
Los siguientes compases del partido fueron un ‘quiero y no puedo’. Presión alta, muchos toques y disparos con cuentagotas. Los porteros, por el momento, podían respirar con tranquilidad. Cerca del minuto 20, se estuvo a punto de repetir la jugada del 0-1… pero en la otra área. El despeje de Javi Ros a la falta sacada por Bonilla se dirigió, desviado, a su propia portería. Javi Márquez fue el siguiente en generar peligro con un disparo lejano que Álvaro Ratón desvió a córner. Amang cabeceó el saque de esquina, pero el balón salió por la línea de fondo. El Real Zaragoza había mantenido el dominio del esférico durante el primer cuarto del encuentro. Sin embargo, poco a poco, el conjunto grana demostró que quería dar la sorpresa y clasificarse para la siguiente ronda.
Así surgieron un par de oportunidades a balón aéreo. Roger Brugué, uno de los hombres más activos de la ofensiva tarraconense, fue el protagonista en ambos casos, pero no consiguió alterar el marcador. Además, contó con la mala fortuna que recibió un golpe en el rostro en la segunda jugada, por lo que requirió asistencia médica. Cuando más animado estaba el partido, una vez más, el destino le clavó una dolorosa puñalada al Club Gimnàstic de Tarragona. Tras varios rechaces dentro del área, David Goldar se introdujo el balón en su propia portería. El Zaragoza ampliaba distancias, de nuevo, gracias a la desafortunada intervención de la portería visitante. Papu estuvo a punto de hacer más sangre con una vaselina casi perfecta que salió acariciando el travesaño.
Papu sentencia el último ápice de esperanzas
La primera ocasión de la reanudación la tuvo el Nàstic. Tras una jugada a balón parado, Juan Rodríguez intentó paliar el gol en propia de la primera mitad, pero su disparo salió desviado. En la jugada inmediatamente posterior, Guitián remató una falta directamente a las manos de Bernabé. Poco después, el Real Zaragoza reclamó penalti después de que Bonilla frenara con su cuerpo la carrera de Delmás, pero el colegiado Trujillo Suárez dictaminó que había sido un contacto menor. El balón no paraba ni un segundo y David Goldar, primero, y Javi Márquez intentaron acercarse en el marcador a continuación.
Llegados al minuto 60, Thomas Amang desperdició una oportunidad de oro para poner el 1 a 2. Tras una jugada individual de Brugui, el delantero camerunés no supo resolver el uno a uno contra Ratón y su chute salió lamiendo el poste. La acción cada vez escaseaba más. Por ello, Pol Ballesteros se encargó de animar la fiesta. Juan Rodríguez lanzó un pase perfecto para Javi Bonilla. Este se la dejó a Ballesteros quien, desde la frontal del área, se inventó un perfecto disparo con efecto ante el cual nada pudo hacer Ratón. Aún había partido. Animados por el tanto, Jonathan Pereira se lució con una jugada por la banda derecha, pero Gerard Oliva no consiguió culminar el eslálom. El público empujó a los suyos para intentar lograr el empate y, con fiereza, se reclamó una posible pena máxima por manos a falta de 15 minutos para el final del partido.
La fiesta aún no había terminado. Un centro largo de Albarrán parecía no tener rematador, pero desde la segunda línea apareció Jonathan Pereira para forzar la intervención de Ratón. Javi Márquez y, de nuevo, Ballesteros fueron los siguientes en acercarse. El Zaragoza no se quedó de brazos cruzados. Tras un contraataque lanzado por Kagawa, Bonilla desvió el disparo de Papu. En el córner resultante, Bernabé estuvo a punto de introducirse el balón en su propia línea de gol. El extremo georgiano protagonizó la siguiente ocasión tras combinar, de nuevo, con Kagawa. A la tercera va la vencida. Papu quería ser protagonista y sentenció el partido con el 1 a 3. Jonathan Pereira intentó, a la desesperada, acortar las distancias, sin éxito.
Finalmente, el partido acabó con victoria visitante por 1 a 3. El Nàstic tuvo mayor número de aproximaciones, pero la mala suerte y la letal combinación entre Kagawa y Papu sentenciaron el partido. El conjunto tarraconense visitará Llagostera en la siguiente jornada de la competición doméstica, mientras que el Real Zaragoza viajará a Las Palmas de Gran Canaria.