El pasado domingo volvió a verse dos Córdobas muy distintos durante el partido frente al Sevilla Atlético. Frente a un conjunto que en la primera mitad se dejaba llevar y no tenía ideas, en la segunda mitad apareció un equipo con garra, ideas claras y peligro de cara a portería. No es la primera vez que sucede esto, sino todo lo contrario, y todo ello suele tener un denominador común.
Libertad de creación para Javi Flores
Ante la falta de Willy o Valverde, junto a la previsora vuelta de Moutinho, Raúl Agné decidió alinear a Javi Flores como enganche o mediapunta por detrás de Piovaccari. Como ya se había visto con anterioridad, el capitán blanquiverde se vio demasiado anclado a una posición y no tenía el balón lo suficiente en el centro del campo para llevar la batuta de su equipo. Esto demostró que si el de Fátima no dispone de esa libertad, el empuje que pueda tener De las Cuevas no es suficiente.
Con la liberación que tuvo en la segunda mitad, pudiendo bajar más a la creación y combinando con el ’10’ blanquiverde, el Córdoba cambió la cara por completo, sin llegar a olvidar la entrada de Iván Navarro. Esto demostró que la dependencia que tiene el equipo con Javi Flores es bastante alta y que, siendo así, Raúl Agné debe darle esa libertad en el centro del campo para que su equipo no tenga que esperar a remontadas épicas constantemente, tanto por su bien como por el bien del corazón de sus aficionados.
El próximo fin de semana se enfrentarán a otro filial, el antiguo equipo de Iván Robles, y volverá a ser otra oportunidad para ver cómo decide gestionar esta situación el técnico cordobesista. Hasta la vuelta de Willy, Piovaccari es su único ariete y debe intentar encontrar la fórmula para encontrar a su ‘9’, evitando así la soledad que se vio durante gran parte del último encuentro; y todo puede pasar por darle esas libertad a quien consigue darle alas y fluidez a todo el Córdoba CF, Javi Flores.