Dos equipos en tierra de nadie se enfrentaban hoy en El Molinón. Ambos, lejos del objetivo que perseguían a principio de temporada, ambos en mitad de tabla y, ambos también, con 38 puntos en su casillero.
El partido empezaría como lo han hecho casi todos los que se han disputado este año en El Molinón. Al Sporting le cuesta horrores ganar continuidad en su juego. Más si cabe cuando no comparece sobre el verde el binomio Pedro Díaz y Cristian Salvador. Por su parte, Las Palmas cuenta con hombres en línea de tres cuartos con un talento superlativo dentro de la Segunda División, pero la irregularidad mostrada por el conjunto de Pepe Mel le ha privado, hasta ahora, de aspirar a cotas más altas. Hoy se repetiría la historia.
En el minuto 12 llegaría la primera ocasión seria para Las Palmas. Javi Fuego, sustituto hoy de Salvador, perdería un balón peligroso en el mediocentro. La contra amarilla sería conducida por Tana y finalizada por Benito, quien se encontraría con las manos de Mariño.
No es que la Unión Deportiva manejase a su antojo el balón, pero las dificultades de hilvanar juego que actualmente muestra el Sporting son un impedimento claro a la hora de llegar a portería rival. Al menos durante el primer periodo, hoy volvió a ser así. Los continuos ataques frustrados que protagonizaba el conjunto rojiblanco traen consigo el nerviosismos de las gradas, que terminó la media parte pitando al equipo. Más si cabe cuando las ocasiones habían sido para los canarios. Después de la primera, ya comentada, en el minuto 37, de la Bella centraría tras una apertura a banda y Rubén remataría de primeras, pero una vez más aparecería Mariño. Luego, en el 45, una bonita combinación en las inmediaciones del área rojiblanca terminaría con Fabio González enganchando un tremendo latigazo que se toparía con el larguero.
El inicio de la segunda mitad nos haría pensar en esto que es el fútbol. El Sporting no había hecho ningún mérito para adelantarse en el marcador, pero en el primer minuto del segundo período, Álvaro Vázquez se encontró con un balón en el área que no atinó a despejar la defensa grancanaria y abrió la lata. Con Las Palmas todavía asimilándolo, tres minutos más tarde Babin se aprovecharía de un saque de esquina de Pedro Díaz para rematar libre de marca y hacer el segundo en solo cinco minutos.
La contundencia en las áreas marcaría de este modo el devenir del partido. El juego desplegado por el Sporting no era ni fluido, ni bonito, pero sí fue determinante en las zonas de mayor conflicto. Las Palmas movía mejor la pelota sobre el césped, pero no inquietaba en exceso la portería de Mariño.
En el minuto 73, el equipo asturiano terminó por sentenciar. Un genial pase al espacio de Manu llegó a las botas de Murilo, que desde el principio tuvo claro lo que quería hacer. Encaró a su par, se metió hacia adentro y alojó el balón en la escuadra de la portería rival. Después, con Las Palmas en plena verbena defensiva, llegó el definitivo. A seis minutos del final, entre el Álvaro y Murilo recuperaron el balón a escasos metros del área amarilla. El portugués cedería el balón para Nacho Méndez, que definió con tranquilidad ante Álvaro Valles. Luego, tras un gol anulado por el VAR que podría haber sido el quinto, se llegaría al final del partido.
@ajalguero