El fútbol volvía a LaLiga y no podía ser de otra manera que con el derbi sevillano. Betis y Sevilla se medían en un derbi muy distinto pero con el mismo aliciente. El encuentro celebrado en el Benito Villamarín dejó una victoria del Sevilla gracias al gol de Ocampos y esta vez los de Rubi querían devolvérsela a su eterno rival.
Superioridad sevillista pero…
Los de Lopetegui salían con ganas de marcar en su estadio lo antes posible y así se vería desde un primer momento. La presión alta cargando de muchos jugadores el campo bético estaba permitiendo que los verdiblancos se sintieran incómodos. El Betis tenía dificultades para generar juego y veían a un rival muy cómodo con y sin balón, algo que podía ser un problema si no conseguían solucionarlo pronto.
Poco a poco los jugadores de Rubi empezarían a despertar con su juego combinativo habitual. Mediante pases cortos y paciencia, el Betis empezaba a subir al área de Vaclik, pero no era suficiente. El Sevilla seguía sintiéndose cómodo y era el único que generaba peligro, tal y como se vería con las ocasiones de Koundé y Ocampos. El central fallaría una ocasión clara entrando solo al primer palo tras un gran saque de esquina, mientras que el argentino la mandaría a la cruceta tras una de sus típicas jugadas regateando a la mitad de la defensa.
El único problema para los sevillistas era su puntería en los últimos metros. Los arietes parecían tener la pólvora mojada y se les estaba haciendo imposible batir a Joel Robles. A las ocasiones anteriores se unía otra clara de Luuk de Jong que picaba demasiado su remate y se le marchaba fuera. La primera parte sin duda estaba siendo del lado del Sevilla pero hacía falta algo más para hacerse por completo con los primeros 45 minutos.
Ocampos vuelve con ganas de gol
El descanso iba a permitir a ambos técnicos hacer algunos reajustes. Lo que se había visto hasta ahora era mucha intensidad pero muy poca definición finalmente. El claro protagonista estaba siendo Ocampos, por quien circulaba toda jugada ofensiva y quien incluso ayudaba en defensa. Pero no era el único problema para Rubi, ya que estaba viendo cómo De Jong superaba siempre a los suyos en el juego aéreo, dejando ver que podía ser un problema en cualquier momento. Por su parte, Lopetegui podía estar contento a nivel defensivo con los suyos, pero en la parte ofensiva fallaba demasiado la puntería de cara a portería.
La intensidad con la que saldrían ambos conjuntos no anticiparía lo que iba a pasar en los primeros diez minutos. Pese a que ambos conjuntos llegarían a ambas áreas con ocasiones, Mateu Lahoz vería claro el penalti de Bartra sobre De Jong en un saque de esquina, donde el defensa no permitiría que el holandés saltase para rematar. El encargado de la pena máxima sería Ocampos, quien no daría opciones a Joel y marcaría para adelantar a los suyos, tal y como hizo en el encuentro del Benito Villamarín.
La tensión sobre el verde era máxima. Las dos plantillas seguían buscando hacer daño, unos para recortar y otros para ampliar el marcador, lo cual estaba haciendo que hubiese muchas ocasiones. Pero el Sevilla estaba entonado y Ocampos demostraría de nuevo su calidad con un taconazo dentro del área, que permitía a Fernando marcar de cabeza y ampliar distancias.
Los béticos llegan pero no marcan
El Betis no tenía otra opción que salir al ataque y nada más encajar el segundo tanto se volcaría sobre el área de Vaclik. Los cambios que realizaba Rubi eran totalmente ofensivos y apostaba al todo o nada con dichos cambios. Lopetegui veía que no debía darle esa oportunidad a su homólogo y haría más de lo mismo, poniendo más leña al fuego.
Los verdiblancos eran otros por completo pero estaban teniendo el mismo problema que su rival en la primera mitad, tenían la pólvora mojada. A pesar de haber puesto todo su arsenal sobre el terreno de juego, Rubi veía desde la banda que en los últimos metros sus jugadores no se entendían y el partido poco a poco se le iba escapando definitivamente.
Ya fuera por el buen hacer de la defensa sevillista o por los toques en exceso verdiblancos, el resultado seguía con el 2-0 claro en el marcador. La pareja de Diego Carlos y Koundé estaban dejando seca a la delantera bética y la calidad de Ocampos sería finalmente la que daría los tres puntos. La polémica, como en todo derbi sevillano, no había faltado y dará que hablar por ambas partes, pero los tres puntos seguirán permitiendo al Sevilla luchar para mantener su tercera posición.