La vida y la muerte se daban cita en el Visit Mallorca Estadi. Leganés y Mallorca se medían en busca de una victoria que otorgaba un balón de oxígeno al que si hiciese valedor de ella.
Con el Leganés bien plantado, pero sin una idea preestablecida, llegó el primer gol del Mallorca. Salva Sevilla fue el más listo de la clase y lanzó una falta de manera magistral por debajo de la barrera. Sorprendió a Cuéllar y puso a los suyos mirando a la permanencia a los ojos. El gol no le supuso ningún mazazo a los pepineros. Los de Aguirre siguieron ejerciendo el control de la pelota y Amadou se acercó al empate, pero el balón se estrelló a la madera.
Los bermellones, con una zozobra importante llegó a puerta, pero dejando unas sensaciones bastante raras en relación al juego. Vicente Moreno se mostraba contrariado ante el guión que llevaba el partido. Fran Gámez creó un oasis en el desierto del juego balear y puso a prueba a Cuéllar, que esta vez, acertó a despejar el esférico.
El segundo acto siguió un guión calcado al de la primera. El Leganés lo intentaba con más corazón que cabeza. Solo Lago Junior puso el peligro en la portería de Cuéllar, pero la jugada de la segunda parte estuvo protagonizada por Manolo Reina. El de Villanueva del Trabuco salvó a su equipo con una parada espectacular a un chut a bocajarro de Guido Carrillo.
Óscar Rodríguez tuvo un sitio aparte. El canterano del Madrid puso el balón donde quiso y donde Reina no llegó. Un golazo que fue aún más bonito por el golpeo al palo.
La vida se alejó de Son Moix dejando muertos a dos equipos que se complican la vida. El Mallorca se deja dos puntos en casa por el miedo de ir a por el partido y el Leganés se mereció más al ser mucho mejor que su rival