Real Valladolid y SD Eibar han protagonizado un encuentro en la matinal del sábado que tuvo de todo. Goles, polémica, expulsiones, VAR y emoción hasta el pitido final. Los armeros se adelantaron de penalti, los pucelanos lograron empatar y al comienzo del segundo acto malograron una gran oportunidad desde los once metros. Finalmente la valentía visitante tuvo premio y a pesar de jugar en Inferioridad, Kevin Rodrigues marcó el gol de la victoria que dio tres puntos de oro al conjunto guipuzcoano.
Un primer tiempo con mucho que contar
Pucelanos y armeros protagonizaron un primer tiempo más vistoso y entretenido de lo que a priori se esperaba. Tras superar los minutos iniciales de tanteo, los locales tuvieron la primera aproximación de peligro en la botas de Fabián Orellana obligando a Dmitrovic a realizar una gran intervención.
Ambos conjuntos bien plantados en el verde de Zorrilla querían explotar sus virtudes. Los foráneos buscaban las bandas como argumento ofensivo. Los locales con un juego mas asociativo transitaban por el centro con mucho pase pero faltos de claridad en los metros finales.
El encuentro estaba bonito y se puso de cara para los de José Luis Mendilibar gracias a un penalti que Diaz de Mera Escuderos tuvo que consultar con el VAR. Manos claras de Jawad El Yamiq en la frontal del área grande. Esteban Burgos no desaprovechó la concesión y puso a los suyos en franquicia.
Aunque el domino era del Real Valladolid debido a que el Eibar replegaba con mucho orden sus filas, la presión de los armeros incomodaba a los blanquivioletas. No lograban llegan con la lucidez necesaria pero no dejaban de intentarlo.
Fruto de su insistencia los de Sergio lograron igualar la contienda. Un centro de Nacho fue recogido en el corazón del área por Toni Villa que batió con mucha destreza al cancerbero visitante. La tablas que reflejaba el simultaneo parecían lo más justo tras lo presenciado en los primeros cuarenta y cinco minutos.
El japonés Muto pudo en tiempo de descuento desequilibrar la balanza, tras recoger un buen envió desde el costado izquierdo de su compatriota Inui, pero se topó con Roberto. La buena noticia es que la conexión nipona de los azulgranas comenzaba a funcionar.
El Valladolid lo tuvo en la mano
Tras el paso por vestuarios, los pucelanos tuvieron una gran oportunidad de poner el choque muy de cara a sus intereses. Error de infantiles desde el inicio de la jugada del debutante Eñaut Mendia que acabó zancadilleando a Toni Villa en la zona de penalti en una jugada sin aparente peligro.
Sergi Guardiola lanzó bien, fuerte y colocado pero Marko Dmitrovic estuvo mejor. Gran intervención del meta serbio que adivinó la trayectoria y evitó el tanto local. El bueno de Mendia respiró tras comprobar que su error de novato no pasó de un tremendo susto.
El partido continuó vivo, con chispa y ocasiones. Los entrenadores comenzaron a mover sus piezas en busca de refrescarse en el ataque. En los locales Weissman y en los visitantes Kike García le dieron bríos nuevos a las ofensivas de ambos conjuntos.
Con veinte minutos por delante llegó la expulsión de un acelerado Pape Diop que realizó una acción muy fea impactando con los tacos en la tibia de Kike Pérez. A pesar de la inferioridad los armeros no perdieron la cara al choque y buscaron a con balones largos a sus hombres mas adelantados.
Un giro final inesperado
Su valentía tuvo premio en una jugada polémica, en la que en primera instancia se pitó penalti y cuando estaba Burgos preparado para ejecutarlo, el colegiado del encuentro tras la consulta del VAR sacó la acción fuera del área. La falta muy bien ejecutada por Kike obligó a Roberto a realizar un paradón.
El duelo estaba vibrante, si pestañeabas te perdías algo. Los dos equipos necesitaban y querían ganar, el final de partido se prometía emocionante como a la postre así fue. Con el tiempo reglamentario a punto de cumplirse una jugada de fe y empuje de Anaitz Arbilla desembocó en un precioso centro pegado a la línea de cal que aterrizó en la testa de un Kevin que llegaba desbocado al segundo palo y le comió la tostada a Nacho cabeceando al fondo de las redes de un cariacontecido Roberto.
Los últimos minutos los pucelanos los intentaron pero los vascos cerraron líneas y a pesar de la inferioridad apenas pasaron apuros salvo un testarazo final de Weissman que no encontró portería. Tres puntos de oro para los de Mendilibar que dejan muy tocados a un Valladolid que continúa sin conocer la victoria en el presente curso. Losa que ya se han quitado los armeros.