Está claro que el inicio del Málaga esta temporada tras una pretemporada y verano plagado de incertidumbre lo hubieran firmado muchos. Los 14 puntos sumados tras las 10 primeras jornadas y vivir en una zona tibia de la tabla como es la novena posición es un arranque notorio. Pero también han sido una serie de jornadas que han enseñado al Málaga sus «vergüenzas» en defensa y en las que debe trabajar.
No cabe olvidar que el mayor mérito de Sergio Pellicer el curso pasado y sobre el que cimentó su salvación fue la solidez defensiva. En los 20 partidos del técnico en el banquillo malaguista solo se encajaron 13 goles, dejando en doce partidos la portería a cero. Eso le valió a Munir Mohand, ahora en el Hatayspor, ser Zamora de la categoría a pesar de las críticas que siempre hubo a su rendimiento.
Sin embargo esta campaña el rendimiento defensivo hasta la fecha es bastante más pobre. En esos 10 partidos el equipo ha encajado 14, uno más que en el doble de partidos respecto al curso anterior, lo que le hace ser junto a la UD Las Palmas el equipo más goleado de la categoría. No hay que obviar que, con excepción de Leganés o Almería, el club se ha medido contra todos los equipos llamados a pelear el ascenso o de la zona alta. Pero precisamente por ahí ha venido su flaqueza defensiva.
Diez goles encajados frente a Rayo, Espanyol y Mallorca, siendo solo capaces de ganar al Sporting, pero en un partido donde, aunque mantuvo portería a cero, el cuadro gijonés le generó un número de ocasiones alto. Muchas cosas funcionan bien en este Málaga, pero la defensa no está siendo una de ellas. Urge subsanar eso para no pasar apuros en el futuro.