El 7 de octubre de 2019, David Gallego fue cesado como entrenador del RCD Espanyol. Los malos resultados y la imagen de ser un equipo completamente roto que acabaría penando en un descenso de categoría casi anticipado desde la época del de Súria, acabaron con lo que podía ser su gran puerta a la élite del fútbol español. Una oportunidad que se rompió en mil pedazos, pero que no mermó su ánimo de seguir haciéndose un hueco en la élite. Eso sí, le tocaría hacerlo por un camino más largo; tanto para él como para su hombre de confianza, Toni Clavero, quien también le acompaña en Gijón.
Desde ese día que abandonó la que fue su casa durante unos seis años, ha estado buscando otro sitio donde seguir desarrollando su profesión y su pasión de entrenar. En Gijón el pasado julio le dieron esa oportunidad. Pero varias semanas antes, el director deportivo del Sporting, Javi Rico y los dirigentes del club sportinguista ya habían mantenido varias conversaciones con él. Intercambiaron impresiones y le dejaron claro al técnico que la economía de los gijoneses estaría muy tocada por la pandemia, de forma que tocaría mirar hacia a la casa
A David Gallego eso no le asustó, porque ha demostrado que no mira el DNI para las alineaciones. Desde ese momento, tiempo antes de que siquiera esa campaña se finalizase a finales de julio, empezó a empaparse de lo que tendría en Gijón. Con informes, videos de partidos de la cantera, además de los entrenamientos y partidos en una pretemporada atípica ha conformado una plantilla corta. Solo dos fichajes y varios canteranos pero que está saliendo respondona en la categoría. En el partido en Gran Canaria hace menos de una semana, donde cayó derrotado, 9 de los 15 jugadores que participaron pasaron las categorías inferiores rojiblancas.
El equipo que quiso hacer en el Espanyol y no logró
No obstante llegará al RCDE Stadium en uno de sus momentos más difíciles en cuanto a resultados. Una racha de solo un partido ganado de los últimos seis le ha hecho caerse un poco, pero aún ve la cabeza de la tabla muy lejos. Con una plantilla corta (solo 17 fichas profesionales) y basada en la siempre prolífica cantera de Mareo, este Sporting se ha mantenido hasta hace pocas fechas en la lucha por los primeros puestos. David Gallego ha construido en Gijón lo que en el Espanyol no fue capaz por resultados, tiempo, capacidad o una mezcla de todas ellas.
En el Espanyol lo intentó con jugadores como Melamed, Adrià Pedrosa, Lluís López, Pol Lozano, Álex López, Javi Puado o Campuzano, jugador al que se quiso llevar a Gijón este pasado mercado de verano. Jugadores que él mismo conocía bien de la cantera. Todos ellos ahora están asentados en el primer equipo, aunque con distintos niveles de protagonismo.
Los resultados de esa apuesta no funcionó como le está funcionando en Gijón. En la ciudad asturiana jóvenes como Rosas, Gragera, Gaspar, Pelayo Suárez, Nacho Méndez o Pedro Díaz están siendo importantes. A ellos les acompañan jugadores de la casa, pero que saben lo que es jugar fuera. Casos como el ex-perico Javi Fuego, Manu García -su jugador franquicia- o Borja López.
Por ello, cuando el balón eche a rodar el domingo, el aficionado perico podrá ver aquello que David Gallego quiso construir en el Espanyol y no pudo ser. Un equipo de la casa, intenso, vertical, luchador, competitivo y que domina muchos registros. Vicente Moreno ha advertido de que, aunque el Sporting acudirá mermado por las bajas y con una carga importante de minutos, será un conjunto peligroso y que sabe muy bien a que juega.