Sevilla – Madrid. De los mejores partidos que se pueden ver hoy en día en el panorama futbolístico español. Al envite llegaban dos conjuntos en dinámicas muy distintas. A pesar de la abultada derrota en la última jornada de la Champions frente al Chelsea, la realidad es que los hispalenses estaban inmersos en una buena dinámica. Los locales en el día de hoy acumulaban una racha de cinco victorias seguidas que se terminó, como ya hemos nombrado, contra la escuadra dirigida por Frank Lampard. En cuanto al conjunto blanco, éstos visitaban el Sánchez Pizjuán en plena crisis de resultados con un Zidane cuestionado.
Ahora bien, hablemos del partido que es a lo que hemos venido. Lo visto sobre el terreno de juego ha vuelto a demostrar que el fútbol no entiende de rachas. Es un tópico muy común, pero no por eso es menos cierto.
La primera parte acabó como empezó, sin goles en el marcador. Pese a que el Sevilla tuvo la posesión, las ocasiones más claras fueron para el Real Madrid. Vinicius fue el más más activo de los blancos (hoy vestidos de negro). Los de Zidane fallaron de cara a portería en varias oportunidades claras para adelantarse en el electrónico. Esto alimentó los fantasmas de la falta de gol que está perjudicando tanto al conjunto merengue esta temporada. La ocasión más clara la tuvo Kroos, pero una buena estirada de Bono evitó lo que hubiese sido el 0-1. Los de Lopetegui se dedicaron a amasar el balón pero con poca profundidad, lo que se vio reflejado en las estadísticas, pues los locales no tiraron a puerta en los primeros cuarenta y cinco minutos.
En el segundo tiempo se temía el bajón del Madrid, físico y mental, y la reacción del Sevilla, que cambió de dibujo por una lesión muscular de Munir. Entró Óliver Torres y la pelota, como en el primer acto, fue sevillista en el arranque de la segunda parte. Es cierto que sólo hubo una ocasión importante, una chilena espectacular que De Jong se sacó de la chistera a centro de Navas. Blocó bien Courtois, al que le habían probado los guantes por primera vez en el minuto 52. Las llegadas sevillistas comenzaron a intensificarse y al Madrid le duraba el balón nada y menos, pero como mal acostumbrados nos tiene el Real Madrid, salieron vivos del momento de más dificultad en todo el partido y acabarían marcando minutos más tarde.
Corría el minuto 55 cuando pivotó Benzema con Vinícius y éste tiró una pared larga que llegó a Mendy como extremo zurdo. El lateral francés puso un buen centro punteado por Ocampos. Vini hizo un gran esfuerzo y en zona de remate volvió a puntear el balón para desviarlo lo justo provocando que Bono se lo metiera en su propia portería.
Lopetegui intervino con contundencia. Tres cambios de una tacada. Entraron Suso, En-Nesyri y Gudelj. Mejoró el equipo hispalense, con más control del juego, aunque el más destacado fue Suso que probó fortuna en varias ocasiones con disparos lejanos. Se marcó un jugadón espectacular sorteando a Kroos y Nacho. Si su disparo llega a entrar tendríamos el gol de la jornada, pero por desgracia para él y la parroquia sevillista el balón se marchó cerca del poste izquierdo.
Zidane retiró a Rodrygo, inactivo, y metió a Asensio, al que asignó obligaciones defensivas. El botín así lo merecía. No hizo más sustituciones. Ni para perder tiempo. Tampoco le hizo falta, pues el Madrid supo sufrir recordando a la etapa post confinamiento en la que el conjunto blanco destacó por su solidez y solidaridad en defensa. Apenas una buena parada de Courtois en el tramo final, tras un espectacular remate de Ocampos de espaldas, inquietó la portería de los visitantes. Así llegamos a la conclusión del partido con victoria para el conjunto merengue que le da un respiro al técnico francés. Al menos hasta el miércoles.