SD Eibar y Real Valladolid se veían las caras en Ipurúa en la jornada 23 de la Liga Santander en un partido vital para escapar del descenso. Los dos equipos llegaban con 20 puntos en el casillero y sin conocer la victoria en los últimos 5 partidos ligueros. Los 3 puntos significan salir de la zona baja y coger un poco de aire, no sumarlos tú y que lo haga el rival supondría un golpe muy duro para las aspiraciones de armeros o pucelanos.
Los dos equipos comenzaron con buen ritmo el partido conscientes de lo que se jugaban, aunque fue el Real Valladolid el equipo que dominó el balón algo más en los primeros instantes. Cuando apenas marcaba 5 minutos el reloj, una gran acción de Sergi Guardiola dentro del área acabó con penalti favorable para los visitantes, oportunidad que no desperdició Roque Mesa para adelantar al Pucela cuando muchos aún estaban encendiendo la televisión. A partir del gol, el Eibar tirando de galones por jugar como local comenzó a asediar el área blanquivioleta a base de centros, especialmente por banda izquierda por medio de Soares y Bryan Gil. Tanto llegaba el cántaro a la fuente y tanto buscaban los puntas del conjunto vasco el remate que en el minuto 23, Kike García cabeceó a la perfección un centro aún mejor de Bryan Gil para empatar el encuentro y confirmar su buen momento en el partido.
Tras media hora de juego, el Eibar seguía siendo el dueño del partido creando mucho peligro por esa parte izquierda del ataque, a costa de un Real Valladolid que tras adelantarse en el marcador desapareció del mapa y no fue capaz de sentirse igual de cómodo que en el primer cuarto de hora. Los últimos 15 minutos nos dejaron un partido mucho más igualado y con alternativas en ambos lados, los visitantes por medio de un gran Roque Mesa agarraron algo más de balón y frenaron las llegadas en tromba del Eibar. Llegaba el descanso con empate en el marcador y en el juego, con 15 minutos claros para cada equipo y una parte final más igualada.
Nunca mejor dicho, la segunda mitad fue una continuación de la primera con mucha igualdad y llegadas por ambos lados del campo. Algo mejor se encontraba el Eibar con llegadas e ideas más claras que los visitantes, pero si crear tanto peligro como en la primera mitad. El Real Valladolid no terminaba de encontrarse seguro en el encuentro y tampoco mostraba la fluidez necesaria en los últimos metros. El partido seguía igualado a la hora de encuentro y el balón parado casi rompe el empate en el marcador. Miguel Rubio conseguía anotar tras la salida de una falta, pero la posición adelantada del central dejaba sin gol al debutante en la máxima categoría.
Con el primer cambio del partido llegó una de las grandes alegrías del partido, Cote sustituía a Soares y volvía a disputar minutos con el Eibar tras su grave lesión, sin duda una gran noticia para los locales y sus aficionados. Ni las sustituciones ni el paso de minutos cambiaron nada y todo seguía completamente igual que desde el arranque del segundo tiempo. El cansancio comenzaba a notarse en las piernas de los jugadores y los huecos se abrían para posibles contras, pero el miedo por perder seguía venciendo al apretar para llevarse el partido a falta de 15 minutos para el final. En los últimos instantes, los locales intentaron cerrar el partido en el área rival, aunque la buena defensa del Real Valladolid evitó sobresaltos finales.