El conjunto vasco fue una apisonadora para los de Abelardo, que no levantan cabeza. El delantero sueco de la Real Sociedad se exhibió con un hat trick que confirma lo bien que le ha sentado el cambio de año.
La Real Sociedad llegaba a este envite lamiéndose las heridas del duro tropiezo en Europa League ante el Manchester United y goleó sin piedad a un Alavés que no encuentra soluciones pese a la llegada del Pitu Abelardo. Isak engordó su cuenta goleadora con otros tres goles y el cuadro de Alguacil terminó ampliando la paliza en el tramo final con el último gol de Portu.
El resultado final no se podía percibir en un inicio de partido marcado por la calma en el juego y la escasez de ocasiones, es decir, el típico partido jugado en horario de siesta. La Real, poco a poco, tomó el mando del juego y optó por retener la posesión en busca de que surgiese algún espacio y que Silva fuese capaz de visualizarlo. El Alavés, con una defensa adelantada, apostó por aislarse en su campo a la espera de una oportunidad a la contra. Las ideas estaban claras, pero la ejecución de ese plan no salió tan bien como le hubiese gustado al técnico asturiano del “glorioso”.
No obstante, contra todo pronóstico, sería el Alavés el primero que pondría en alerta al rival. Deyverson, un gran activo en los balones altos del conjunto de Abelardo, cabeceó tras una buena acción individual de Córdoba y rozó el primer tanto del partido. Para felicidad de los txuriurdines, una buena intervención de Remiro dejó todo en un susto y, además, acabó con el peligro del Alavés, que no volvería a poner en apuros al arquero vasco hasta bien entrada la segunda parte.
La Real empezó a carburar y el Alavés se encerraba por completo. Faltaba esa puntería para el cuadro de Imanol Alguacil que rompiera la sequía. Y llegó justo antes de que se cerrara la primera mitad. Esa línea defensiva tan adelantada que quería proponer el Alavés acabó siendo su sentencia de muerte. Isak disfruta cuando tiene metros por delante para correr y sus compañeros lo saben. Especialmente un Merino que con una gran asistencia dejó al delantero sueco con un mano a mano a escasos metros de la portería. Pacheco poco podía hacer y el trigoleador en la tarde de hoy no perdonó y se apuntó el primero de la tarde en el minuto 41.
Isak se exhibe
Una vez abierto el marcador, la segunda mitad se fue un suplicio para el Alavés. La Real encontró con mayor facilidad los espacios y consiguió generar mucho más peligro. Y el segundo gol no se hizo de rogar. Otra vez Isak mandaba a la jaula un balón (min. 49) que se acabaría llevando al final del partido. En esta ocasión, el asistente fue Silva con un balón ligeramente picado ante Pacheco. Era el 2-0 que acababa con casi cualquier esperanza del cuadro vitoriano.
La superioridad de los locales era notoria, pero lo que no se esperaba era el vendaval que estaba por llegar. Minutos después, con el Alavés aumentando sus intentos en ataque (aunque con más corazón que fútbol), Isak firmó su tercer gol de la tarde en una acción de delantero centro puro. Oyarzabal llegó por banda, puso un centro perfecto y el atacante no tuvo más que poner la cabeza para empujar el esférico y sentenciar definitivamente el partido. La guinda final la puso Portu diez minutos después. El Alavés, que no había tenido casi tiempo para asimilar el golpe anterior, se encontraba con un cuarto gol que dejaba muy claro lo que había sido el partido para ellos: un infierno.
Otro pase de Silva dejaba solo a otro jugador ante Pacheco, esta vez Portu. El atacante valenciano no fallaba y la cruzaba a la perfección para celebrar la goleada. El Alavés pudo irse con el gol del honor, pero en una tarde para olvidar Lucas Pérez fallaba un mano a mano sin oposición.
La Real se llevó un triunfo meritorio, más por las formas que por el rival. El batacazo en Europa sigue estando ahí, pero es importante que continúen la buena dinámica en la que están inmersos en liga.